La noche finalmente había llegado, la mayoría de las calles estaba vacía, pues la gente se encontraba en sus casas o en las fiestas que solían organizarse para los jóvenes. Desde la habitación donde estaba podía escuchar el pequeño recital que solían organizar cada año en noche buena, toda la gente estaba invitada y era libre de ir o de quedarse en cama, ya sea igual jugando en la sala de juegos o haciendo alguna otra actividad de ocio*.
Su mente estaba en un dilema: salir y disfrutar aunque sea un poco de aquel recital o quedarse en cama como siempre y dormir.
"Tal vez camine un rato por los pasillos y después regrese, al menos habré salido." pensó mientras se ponía las pantuflas y se paraba de la cama.
–Jungkook, alguien ha venido a verte.– anunció la muchacha de unos dieciocho años de edad al chico de veintisiete.
–¿A mí?– preguntó extrañado, ¿quién vendría a verlo en estas fechas?, su familia lo había abandonado y no tenía amigos, por lo que se le hacía muy raro que alguien fuera a verlo.
Agarró su bastón y con ayuda de Hye-Min salió de su pequeña y acogedora habitación. Caminaron hasta el salón de visitas, el cual estaba adornado con un gran, lindo e iluminado árbol de navidad.
–Aquí está la silla, siéntate.– le dijo y después de un minuto la chica se retiró.
Aquella habitación era completamente nueva para Jungkook, pues como se ha mencionado, era para visitas y bueno... no había tenido ninguna desde que había ingresado a aquel lugar.
Sentía una presencia frente a él, sin embargo, la persona no emitía ni un solo sonido, no hasta pasados unos segundos.
–Hola, Jungkookie.– saludó aquella misteriosa visita, Jungkook escuchó su voz, esta era suave y delicada, se le hacía familiar, sin embargo, no podía descifrar quién era.
–Hola... ahm, lo siento, se me hace conocida tu voz pero no te recuerdo, ¿quién eres?, ¿por qué has venido a verme?– preguntó tratando de no sonar grosero, pero era inevitable pues realmente no tenía ni idea de quién podría ser.
–No te preocupes, he venido para pasar un rato contigo, te he traído un pequeño obsequio.– escuchó cómo se removía de su lugar y sintió que se acercó a él, agarró su mano y le dejó una pequeña medallita dorada, esta tenía en el centro una pequeña fotografía de Jungkook con aquel lindo y peculiar chico, sólo que ambos eran unos pequeños niños. Aunque claramente este no podría saberlo si alguien no se lo decía.
Jungkook seguía curioso por saber quién era aquel chico que le acompañaba, tenía miles de preguntas en su cabeza; ahora que se acercaba podía distinguir ese rico y suave olor a coco y vainilla, sentía la calidez que desprendía su cuerpo y debido a que el mayor era sensible del olfato, fue sorprendente como su cuerpo se relajó de sobremanera al sentir ese rico aroma que tanto le gustaba. Sin embargo, su nombre seguía siendo una incógnita para él y eso lo ponía aún más ansioso.
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Navidad Mágica ©
FanfictionJungkook ya no veía esperanzas en la vida, cree estar atascado en un gran hoyo negro; su discapacidad no ayuda, menos el hecho de haber sido abandonado por sus progenitores. Aquel día de noche buena, donde creía las cosas serían como los demás días...