Siento como la música recorre todo mi cuerpo, alejándome de la realidad, observando como los árboles pasan, como el sol cae y sale ese naranja tan hermoso que se forma en el cielo, pero como siempre, algo siempre tiene que ir mal, mientras mi padre solo maneja mi madre le grita por todos los problemas que causa en nuestra familia a causa de que es alcohólico, mi madre siempre intenta mantenerme lejos de él, no quiere que me haga daño, pero algún día me gustaría conocer que hay realmente en su interior, pienso que también debe ser difícil para el toda esta situación, todos tenemos problemas, a pesar de que unos son más grandes que otros, todos tienen la misma importancia, prefiero nunca hablar de los míos con nadie, ni siquiera con mis padres, siento que ya tienen muchos como para que yo les ponga más peso, no estoy seguro si lo que he hecho en mi vida está bien o mal, pero espero que algún día los problemas desaparezcan para poder estar en paz...
Llegamos a casa, tomo mi mochila y entro a la casa lo más rápido para encerrarme en mi cuarto y poder tener un momento de tranquilidad. Me tiro a la cama a mirar el techo, pongo el volumen de mis audífonos al máximo para alejarme lo más posible de la realidad.
Escucho como algo golpea mi ventana, no le prestó atención, cierro los ojos por un momento, de repente la música desaparece, abro mis ojos y veo que no estoy en mi habitación, ni siquiera siento que estoy en mi casa, todo está oscuro, camino y siento que el piso está húmedo, intento buscar algo de donde sostenerme, y cuando por fin encuentro algo, siento la piel de una persona, me asustó e intento salir corriendo, pero parece que la habitación no tiene fin, no veo nada a mí al rededor, mi pulso se acelera, comienzo a temblar y en un momento, siento como algo toma mi mano, pero, no me asuste, sentí paz...
Dejé de correr lentamente, cerré mis ojos y deje que aquella persona a la cual ni siquiera había visto me guiara, en un momento el piso dejo de estar húmedo, ahora sentía arena, que se metía entre mis dedos, veo una luz, escucho las olas del mar y cuando estoy a punto de abrir mis ojos escucho un susurro...
- No los abras - me dice con una voz dulce y suave
A pesar de que quería saber en dónde estaba y que estaba ocurriendo, mantengo mis ojos cerrados confiando en aquella persona...
- ¿Q-quién eres? - Le pregunto con la voz entrecortada
- No puedo decírtelo ahora, solo confía en mi.Sigo sosteniendo su mano, no sé a dónde me estará llevando, ni siquiera se aun dónde estoy, la luz se apaga y se enciende lentamente, como si el tiempo transcurriera más rápido, dejo de sentir la arena en mis pies, ahora siento... césped, siento el viento chocar con mi cuerpo y escucho niños jugando y pájaros cantando, pero aún así mantengo mis ojos cerrados, seguimos caminando el tiempo sigue pasando y de repente escucho otra voz desde lo lejos, que se acerca cada vez más y más...
-Hijo, despierta, llegaras tarde a la escuela - Me dice mi madre mientras acaricia mi cabeza.
Al parecer todo fue un simple sueño, o tal vez no, nunca lo sabré, me levanto, voy al baño, tomo una ducha corta, me cambio, tomo mi mochila y me voy sin desayunar.
Llego a la escuela, entro a mi salón y me dirijo al fondo del salón en una esquina, como todos los días, mis compañeros están hablando en voz alta, peleando, y haciendo sus tonterías. Nunca he podido hacer amigos, a pesar de llevar 4 años estudiando aquí siento que nunca encajo, me pongo mis audífonos, me recuesto en mi escritorio y cierro los ojos esperando que llegue el maestro.
-Hola...- Escucho la voz de una chica de fondo, se me hizo familiar, pero no le preste atención, no puede estar hablándome a mí.
Siento como alguien toca mi espalda, abro los ojos y veo a una chica hermosa de pelo oscuro, ondulado, piel y ojos claros, no podía creer que me estuviera hablando, me quedo mirando sus ojos sin decir ni una palabra, y sin mover un solo músculo, solo seguía escuchando la música y viendo sus hermosos ojos.
- ¿Estas bien? - Me pregunta un poco confundida
- Si, estoy bien, ¿Qué necesitas? - Le digo mientras me quito los audífonos intentando ser lo más amable posible, nunca había hablado con alguien aquí
- Me llamo Hannah ¿Tu eres...?
- Christopher...
Sigo pensando que su voz se me hace familiar, no entiendo nada de lo que está pasando, pero no puedo parar de ver sus ojos
- Cool ¿Puedo sentarme a tu lado? - Pregunta amablemente
- Está bien... - Sigo confundido por todo eso, pero acepto
Se sienta a mi lado y se queda callada, yo continúo mirándola sin poder creer que eso estuviera pasando, de la nada llega el maestro, guardo mi celular, los audífonos y saco la libreta.
Suena el timbre, todos se levantan rápidamente para ir a la cafetería y poder comprar algo de primeros, es una locura el poco tiempo que dura vacía, guardo mi libreta tomo mi celular y mis audífonos, me levanto y miro a mi lado, decido esperar a Hannah que aún no termina de guardar sus cosas, todos terminan de salir y quedamos los dos solos.
- Gracias por esperarme - me dice con esa voz tan dulce que tiene
-No hay de que.
Salimos juntos y nos sentamos debajo de un árbol que está en el patio, tomo mis audífonos y los pongo a todo volumen.
- ¿Puedo escuchar? - Me pregunta un poco nerviosa
- Si, no hay problema - Le doy uno de los audífonos y nos quedamos callados observando todo a nuestro al rededor.
En un momento nos quedamos mirando a los ojos, mi pulso se acelera y no sé qué hacer, solo la miro, y ella me mira a mí, siento una sensación rara al mirarla, algo que nunca había sentido, siento, tranquilidad, paz...
- Y... ¿Qué te gusta hacer? - Me dice haciendo que despierte de mi viaje a través de sus ojos.
No sé qué responder, no es que sea una persona muy interesante, lo único que hago es escuchar música todo el tiempo, y la tarea de la escuela, no hay muchas opciones.
- Me gusta escuchar música, es lo único que hago - Le respondo para no quedarme callado como un tonto.
- No eres de muchas palabras por lo que veo.
Me quedo callado, sin saber que responder, aparto mi mirada y solo escucho la música.
- Si quieres no hablamos, podemos solo escuchar música hasta que suene el timbre- Sigo pensando que su voz es muy dulce, y tranquila.
- Esta bien...- Le digo para no crear un silencio más incómodo.
Nos quedamos sentado en el piso, al lado del árbol, observando a las demás personas, unos corren, otros juegan a las cartas, algunas parejas se besan, otros pelean, etc. Lo normal que hacen las personas en un descanso, supongo. Suena el timbre y me levanto, ayudo a Hannah a levantarse y nos dirigimos al salón, nos sentamos igual, juntos al fondo. Llega el maestro y comienzan las ultimas clases.
Suena el timbre, recojo todas mis cosas y le ayudo a Hannah a recoger las de ella.
- Muchas gracias, eres muy amable.
- No hay de que - Le digo sonriendo
Salimos del salón y nos dirigimos a la salida del colegio, apenas salimos me abraza y se va corriendo a donde sus padres, no esperaba ese abrazo, duro un segundo, pero lo sentí como una eternidad, me sentí tan bien que no quería que me soltara. Veo a mi alrededor buscando a mi padre, pero no lo veo por ningún lado, pasa el tiempo y no llega, la escuela empieza a estar sola así que decido comenzar a caminar, tomo mi celular para llamar a mi padre pero estaba descargado. Se hace tarde, el sol comienza a caer y la luna empieza a salir y aun no llego a mi casa. Empiezo a preocuparme por lo tarde que es, me acerco a una casa pidiendo ayuda, pero nadie responde, comienzo a correr para llegar rápido a mi casa. Llego a las 7:30 P.M Toco la puerta, mi madre abre y me abraza preocupada y llorando.
- ¡¿Dónde estabas?! Me tenías muy preocupada - Me dice mi madre entre lágrimas.
- Lo siento, mi padre nunca llego por mi así que tuve que regresarme caminando... Lo siento-Le digo mientras la abrazo.
- Esta bien... Ve a tu habitación - Se seca las lágrimas y toma el teléfono para llamar a mi padre.
Subo a mi habitación cierro la puerta e intento olvidar todo, comienzo a escuchar música para relajarme, pero se me hace imposible... En un momento, escucho fuegos artificiales de fondo, y me dirijo rápidamente a mi ventana y veo como explotan en el aire y salen todos esos colores hermosos, creando una fiesta gigante en el cielo, de repente desaparecen y escucho como mi madre toca la puerta pidiéndome que le abra ansiosa, voy rápidamente le abro, y la miro a los ojos, se me quedo mirando, callada sin decir una sola palabra, de repente comienzan a salir lágrimas de sus ojos, me abraza sin decir nada, solo llora, me asusto, mi pulso se acelera y comienzo a temblar...
- Tu padre... - Me dice casi sin poder hablar.
- No... No me digas eso por favor...
- Lo lamento... Por todo.
Las lagrimas comienzan a salir por si solas, caigo en el piso junto con mi madre, seguimos llorando, no puedo creer que haya pasado esto, nunca lo conocí realmente, por qué tiene que ser así...
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Chispas
Aktuelle LiteraturUn espectáculo para tus ojos o un acompañante perfecto para muchos postres, hay chispas pequeñas o grande, esas que explotan y crean una fiesta gigante en el cielo y llaman la atención de todos en un evento muy especial, por otro lado están las que...