El mejor amigo del hombre
Alguno me llaman raro por el simple hecho de que me guste lo paranormal, o que converse de ese tipo de cosas en una previa para salir al boliche, o concurrir a alguna fiesta, incluso si hay mujeres. Pero la verdad es que de muy chico fui muy abierto e interesado en el tema. Cuando era chico, no había internet en mi casa, tampoco en la de amigos cercanos, así que concurría a algún ciber barato, y entraba a distintas páginas de terror, relatos, videos y demás.
Si, esa era mi vida, sentir ese placer por las noches de no poder dormir por el miedo, imaginarse que hay alguien observándote, o algo debajo de tu cama, quizás hasta temerle a mi propia sombra. Ir al baño, recuerdo que era todo un tema, era todo un viaje, y lo peor es que lo hacía varias veces en la noche. Ese ”placer” de sentir miedo se que muchos saben de lo que hablo, se que se sienten identificados con estas palabras que tecleo en un archivo de WORD.
Pero con el tiempo, empecé a perderle el miedo a esas cosas, que tiempo atrás me causaban pesadillas. Comencé a crecer, comenzó mi mente a madurar y buscar nuevas fronteras sobrenaturales.
Un día viendo la televisión, un programa local, vi la publicidad de un ”GENIO ADIVINO” bastante famoso, que iba a pasar por la ciudad unos días, para ayudar a las personas y responder dudas de cualquier tipo a las personas que paguen por el servicio. Nunca creí en esas cosas, el tipo siempre me pareció un ladrón y un aprovechador de los más débiles de mente, como todo lo religiosos que tiene como fin el dinero y el beneficio propio. Pero ¿quién sabe ? quizás este hombre puede darme la respuesta sobre temas paranormales y cómo comprobar por mi cuenta que esto es cierto, y que hay un ”más allá”. Anoté el número telefónico que salía en pantalla, para comunicarme con él para sacar un turno. Llamé y una dama con una voz preciosa me atendió y me dio turno para dentro de una semana. Confirmé y colgué el teléfono.
MIERDA! la semana se hizo eterna, pero al fin y al cabo llegó el día. Salí de mi casa y observé el cielo naranja, típico de la puesta del sol. Era verano y en mi ciudad oscurece muy tarde. Caminé hasta la esquina y me senté en la parada de un colectivo, esperando que pase para tomármelo. Llegó y subí. Me puse los auriculares para manejar la ansiedad y acortar psicológicamente el viaje.
Le dije al chofer que pare, y así lo hizo, paró el colectivo y bajé. me dejó al frente del lugar dónde el adivino estaba ”trabajando”. Había una pequeña carpa, y un cartel con una ilustración hecha a mano del tipo de la publicidad al estilo de una pintura de la segunda guerra mundial.
Aplaudí para hacerle saber a quién sea que esté ahí adentro que ya había llegado, listo para ser atendido. Una voz simpática me dijo: ”ENTRA POR FAVOR! ÉSTA ES TU CASA!!”
Entré tímidamente y vi a un hombre viejo petiso, regordete y barbudo, vestido con pantalones a rayas y un suéter azul. Tenía una voz y una sonrisa simpática.
La carpa era algo tétrico. Un pequeño lugar, con una mesa cuadrada de madera, con dos sillas enfrentadas. Me ofreció sentarme muy amablemente y él también se sentó.
Me preguntó qué era lo que estaba buscando.
Pensé por dentro, tratando de armar una respuesta entendible y no sonar tan estúpido. Le comenté, que quería experimentar por mi cuenta, algo paranormal, que quería comprobar si hay otro mundo, un mundo de fantasmas y espíritus, de demonios. Le pregunté cómo hacerlo, que pasos seguir para contactarlos.
Sonrió un poco al escuchar lo que le comenté, pero luego se puso muy serio, demasiado.
Me respondió que sí, que había un procedimiento a seguir muy simple y barato. Me explicó detalladamente lo que debía hacer, no recuerdo mucho, pero básicamente se trataba de conseguir una cámara y colocarla en la habitación en la cuál duermes. Conseguir un perro y atarla en la puerta de mi habitación. Además debía decir una frase en latín que me escribió en una hoja,según él, utilizada por exorcistas en la edad media. Lo único que hacía la frase, era dar un 100% de seguridad en que el encuentro paranormal con un ser desconocido iba a darse. Sin embargo, sin decir la frase también el encuentro puede darse,pero en un porcentaje de 1 en 100. Eso, lo que hacía era atraer una entidad del más allá.
Agradecí al genio y dejé la carpa. Volví a casa caminando ya que era tarde, y los colectivos no pasan a esa hora.
Llegue a casa y comencé a armar todo para mi futuro encuentro paranormal. No sólo coloqué una cámara, sino tres cámaras en distintos lugares estratégicos. Una en mi habitación. Otra en la escalera y la última en la puerta de entrada a la casa.
Até a mi perro, un ovejero alemán, en la puerta de mi pieza, con suficiente agua y comida para pasar la noche. Después, me di cuenta que el perro, serviría cómo rastreador y aviso de que una entidad paranormal estaba presente…y también para salvarme la vida. dejé abierta la puerta de mi pieza y me recosté en mi cama. Luego me tapé, y tomé el trozo de papel con las frases en latín que el viejo me había dado. Las leí 10 veces, tal como me había dicho. luego lo prendí fuego y me acosté a dormir.
Al otro día me despertaron los fuertes ladridos de mi perro, el cuál había tirado el agua y la comida por todo el pasillo. Lo solté de la correa y se fue afuera un poco inquieto.
Al ver que nada había pasado, nada raro, me bajonee un poco. Desayuné normalmente, me cepillé los dientes y me pegué un baño. Luego, tomé las cámaras de video y saqué las memorias para ver si por casualidad habían captado algo. Las conecté a mi PC y comencé ver los videos. Los adelantaba para no tener que ver 8 horas de grabación. De repente, observé una figura enorme, en dos patas, parecía una bestia del infierno. Entrando a mi casa. Creía que se trataba de alguna broma, no podía creerlo.
Tomé la segunda memoria y reproduje el video adelantándolo al momento del primero. En él se observaba a la misma bestia subiendo por las escaleras, cómo una especie de ser oscuro pero grande y con una silueta horrenda.
Eran tomas de pocos segundos.
En el tercer video, desde el ángulo de la esquina superior de la habitación, me veía a mi mismo. De repente se escuchan los ladridos de mi perro totalmente loco. Se puede ver claramente como ésta bestia entra a mi habitación en dirección a mí. Levanta su mano y con hizo el amague para golpearme pero es ahí cuando yo me levanto. Me levanto gracias al ladrido de mi perro. Automáticamente yo abro los ojos, la figura siniestra desaparece.
Ahora entendí por que el anciano me había dicho que esto era enormemente peligroso, y que era jugar con mi vida y que debía despertarme y no quedarme dormido. Recordé también en que había hecho hincapié en la importancia de tener un perro en este ritual.
EL me salvó la vida, porque me desperté al escuchar sus ladridos.
Ahora te pregunto a ti, querido lector. ¿CUÁNTAS VECES TE HAS DESPERTADO POR EL LADRIDO DE PERROS EN TU VECINDARIO? ¿SERÁS ESE 1 ENTRE 100?