𝒟𝒾 𝓆𝓊𝑒 𝓂𝑒 𝓇𝑒𝒸𝑜𝓇𝒹𝒶𝓇á𝓈

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"Hola, toma una rosa" Ofreció a la chica rubia más hermosa que había alrededor del puesto de rosas paseando, causando que curvara aún más sus labios rojizos en una sonrisa y hubiera como una chispa en sus iris claros por el inesperado regalo.

Así se conocieron o mejor dicho la primera vez que la vio a ella, mientras estaban a vísperas de San Valentín y se comprometió a ayudar a CA Cupido a vender todas las rosas que había plantado en su jardín. Las vendían por un euro recordaba, aunque la suya se la llevó gratuitamente, no pudo cobrarla cuando esa mirada alegre se cruzó con la suya. Y al igual que ese día volvían a encontrarse sus ojos de nuevo, sin embargo, esa mirada que tan bien recordaba desde que vio a Apple, contenía un aura muy triste.

"Ciertamente, es cáncer de vejiga, lo siento" Les informó el doctor después de unos segundos mirando el informe de los resultados de la tomografía que la hicieron hace unos días.

No podía creer lo que escuchaba, aquello no podía ser, debía estar equivocado, ser equivocado, ser erróneo o haber leído mal porque no era capaz de asimilarlo. No podían decir que Apple tenía cáncer cuando hoy justamente hacía un año que le extirparon el tumor que vieron en su ecografía. Simplemente, no podían decirlas eso. Se decía una y otra vez a ella misma al tiempo que recordaba las últimas veces que había ido al hospital y decía que estaba bien todo.

"Apple, perdona, ¿cómo te sientes?" Desde qué se había enterado solo quería negarlo, pero ni siquiera era la persona que tenía que luchar contra eso. Era su novia y ni un segundo se había parado a preguntarla qué opinaba ella.

"Ha sido más duro de lo que pensaba que me lo confirmaran ya oficialmente, tenía alguna esperanza de que no estuviera enferma. No quiero que lo mismo me tengas que cuidar"

Varias lágrimas comenzaron a derramarse por sus ojos, solía considerarse del tipo de personas que en situaciones como esas siempre lograba tomar un poco de perspectiva, ser fuerte y evitar el dolor en ese instante o al menos esconderlo actuando normal. Pero, todo eso eran tan similar a lo ocurrido con su gemelo. "Así empezó Dexter, le diagnosticaron la enfermedad que tenía...y ahora ya no esta, no esta conmigo..."

"Darl, no llores que no me gusta. Y no digas esas cosas porque yo voy a estar contigo siempre, tengo cáncer si, pero mucha gente sale victoriosa de él" Apple dijo limpiándola el rostro con una sonrisa.

La contemplaba y observaba a su alma gemela, les bastaba con un cruce de miradas adivinar lo que la otra sentía o quería decir. Y en ese momento ambas gritaban internamente que el cáncer, esa maldita enfermedad no iba a truncar sus proyectos de vida. Seguirían mucho más años juntas charlando horas y horas, riéndose y disfrutando de sus amadas siestas juntas hasta que fueran dos abuelitas.

"Te quiero" Expresó, tenía incertidumbre de cómo se desarrollaría todo eso de su tratamiento, pero estaría ahí con ella desde el principio hasta el final de ese proceso infernal.

Pasaron tres días desde que les informaron del diagnóstico a que Apple tuviera su primera sesión de quimioterapia. Desde por la mañana habían estado haciéndola un breve examen físico, midiéndola el peso y la estatura... antes de llevarlas a la sala de quimio. Era en una gran sala amplia y con grandes ventanales que tenía reservada el hospital, con bastantes máquinas de bombas de perfusión al lado de sillones para sentarse. Su novia intentó guardar la calma mientras ambas pasaban agarradas por el umbral de la puerta, sin embargo, unos segundos después pudo notar un agarre más intenso por parte de ella.

"Hola Apple, ¿cómo se encuentra?" Su doctor las saludó acompañándolas a sentarse.

"Creo, que bien" Respondió intentando sonreírle cortésmente, mientras se sentaba donde le indicaba e intentaba no hacer notar su nerviosismo.

𝐌𝐢 ú𝐧𝐢𝐜𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐝𝐢𝐜𝐢ó𝐧 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora