Capítulo 12.

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Como siempre, solté un suspiro lleno de molestia cuando llegué antes que la profesora de fotografía industrial. No tenía idea porqué siempre llegaba a la hora exacta cuando ella se encargaba de dejarnos esperando en el pasillo del séptimo piso, con el frío aire de las mañanas, puesto que los pasillos no tenían ventanas, sino que la estructura estaba hecha para la buena ventilación. Al ser una Universidad grande era buena, aunque si te pones a pensar y meditarlo un poco, cuando observas la cantidad de alumnos que hay en una simple Universidad de omegas y betas, te das cuenta que lo único que eres es un grano en el mundo, que no importas, un granito de arena, uno más entre infinidad de personas.

¿Cuántos como yo habrían cometido errores en su vida? ¿Cuántos omegas estarían pasando por lo mismo? Ser excluidos, ser maltratados y nombrados como una abominación tantas veces, que ya no hay forma de que no te lo creas; muchos lo considerarán exagerado, pero pocos comprenden lo que es el tener un pensamiento tan adentro en tu subconsciente que no importa cuánto te quieras sentir hermoso o normal, no eres normal, yo no lo soy, porque soy una persona que cometió un error y ahora me tratan como el peor pecador existente.

Me acurruqué en la gruesa polera verde de Yibo, él la llevó en su auto exclusivamente para que yo la use cuando volvimos del estadio, realmente con él todo ha salido relativamente bien. Yibo se empeña en hacerme sonrojar o en decirme lo hermoso que me ven sus ojos, además que A-Yu y él se llevan tan bien que parece mágico, creo que pronto podrá entrar a mi casa y quedarse por unas horas sin ningún problema.

Siempre es bonito pensar en Yibo, eso me da muchísima calidez.

Levanté la mirada solo cuando la profesora Munroe llegó, como siempre, pidió disculpas por su tardanza. Todos entramos al salón, congelándonos de frío y entonces me senté, tal cual cada una de sus clases, en el asiento del final de la segunda fila, cerca de la puerta de salida.

Odiaba las clases de los viernes, no porque fueran malas, realmente la fotografía industrialme llamaba la atención como cualquier otro curso, sino porque no me tocaba con Yu Bin, ni siquiera con el idiota de Hao Xuan, que, sea como sea, me platicaba y sabía que contaba con él para emergencias, como por ejemplo...

—Bueno, alumnos. El trabajo de hoy es grupal, así que quiero que formen grupos de cuatro o de cinco, en unos minutos paso para indicarles que deben hacer.

Sí, esta es una emergencia.

Observé como mis compañeros, tanto los omega y los beta, se agrupaban con sus amigos, soltando risas escandalosas y dejando que sus sillas chillen mientras las acomodaban. Suspiré, sintiendo de nuevo esa tristeza querer consumirme, respiré hondo para evitarlo y pensé en Yibo. Una pequeña sonrisa se formó en mis labios cuando me sorprendí a mí mismo pensando en Yibo, no en A-Yu como siempre hacía, al parecer este alfa estaba entrando tan profundo en mi corazón que debía resignarme a la idea, intentando olvidar que algún día debía dejarlo ir, cuando consiguiera a una omega digna para él y se olvide de su capricho para que seamos buenos amigos.

Tomando aire, observé un grupo de cuatro chicas, todas omega. Asentí con toda la motivación que podía sacar y me levanté de mi lugar, caminando hacía ellas, conocía a una, sabía que se llamaba Lisa porque tuve otras clases con ella anteriormente y nunca la he visto tratándome mal, quizás ahora tendría algo de suerte.

—Hey, hola. —Aclaré mi garganta, sonaba tan tonto con el típico tono asustado, solo esperabano empezar a soltar feromonas o se volverían a reír de mí.

—Hola. —Me saludó una amiga de Lisa, no la había visto nunca, pero se veía lo suficientemente tímida, con los típicos lentes gruesos y cabello cubriendo gran parte de su rostro.

—Lo siento, es que no tengo grupo, y vi que son cuatro, entonces...

—No, estamos llenos.—Habló una tercera, mirándome inexpresivamente.
—Pondremos el nombre de un compañero nuestro que no ha venido, así que somos cinco, lo siento.

𝐓𝐇𝐄 𝐏𝐄𝐑𝐅𝐄𝐂𝐓 𝐎𝐌𝐄𝐆𝐀 | ʸⁱᶻʰᵃⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora