Oikawa se encontraba recostado en su cama, la cual compartía con su pareja de hace ya varios años, Iwaizumi. El castaño descansaba su pierna derecha sobre una pila de almohadones, luego de haber vuelto de hacer ejercicio su pierna comenzó a doler de la nada, inhabilitando el poder caminar bien. Iwaizumi no estaba en casa para poder ayudarlo, por lo que tuvo que hacer lo posible para poder bañarse y recostarse, lo que empeoró el dolor en su rodilla. No hace falta aclarar que su rodilla no es lo único que no mejora con el tiempo, cada vez que esta recae, su salud mental también lo hace, no puede evitar pensar que una simple lesión pudo acabar con su prometedora carrera de jugador de voley.
Agotado, mandó un mensaje a Iwaizumi pidiéndole que cuando vuelva del trabajo que, por favor, le traiga unos calmantes.
El pelinegro contestó con una simple mano con el pulgar arriba, hecho que no le sorprendió para nada a Oikawa, después de tantos años juntos ya se había acostumbrado al carácter frío que suele tener Iwaizumi por mensajes.
El castaño decidió descansar un rato, estaba muy cansado después de su rutina de ejercicios, sin contar lo de su rodilla. Oikawa apoyó su cabeza sobre su almohada y cogió la de Iwaizumi para abrazarla, le encantaba sentir el olor de su pareja y más cuando se sentía indefenso, su olor era reconfortante.
El castaño cayó dormido al cabo de cinco minutos, pudiendo dejar de lado su cruel realidad por un momento.
Oikawa estaba teniendo un sueño pacifico, soñando que estaba de vuelta en Argentina, con sus compañeros de la selección, en una maravillosa fiesta. En la misma, también se encontraba Hinata junto a su compañero Kageyama, con los cuales estaba compartiendo unos tragos. Hablaban de sus juegos y sus próximos partidos, cuando de repente, Oikawa empieza a escuchar ruidos extraños, oía como las sillas se caían, como cajones se abrían y comenzó a tener miedo, no sabía de dónde provenían esos ruidos. Poco a poco su sueño se empezó a oscurecer y de repente ya no veía nada, sentía mucho frío y todo su cuerpo estaba temblando, las risas que escuchaba de fondo tampoco lo calmaban, sonaban muy perversas.
< Oikawa >
Escuchaba como alguien lo llamaba desesperadamente, pero no lograba encontrar el origen de esa voz.
< OIKAWA >
El susodicho abrió lentamente los ojos y pudo ver la cara de preocupación de su novio.
_ ¿Iwaizumi? ¿Por qué tienes esa cara? _ preguntó Oikawa confuso.
Antes que su compañero pudiera contestar algo, el castaño se dio cuenta que su ropa no estaba en donde debía de estar, sus pantalones estaban abajo y ya no tenía su remera puesta.
Cuando lo supo, lágrimas comenzaron a caer por su rostro, miró a Iwaizumi preocupado, quería que le confirmara que no era lo que estaba pensando, pero este no dijo nada, pero le dio un fuerte abrazo, lo tapó con las mantas de la cama y acarició su cabeza suavemente mientras el otro sollozaba y temblaba.
_ ¿Por qué? _ preguntaba Oikawa indignado frente a su situación, ya estaba mal por su rodilla y ahora esto.
_ espera aquí, iré a traerte un vaso de agua _ dijo Iwaizumi.
Antes de poder hacer nada, el castaño lo sujetó del brazo con manos temblorosas, no quería quedarse solo.
_ shh, está bien, ven aquí _ comentó Iwaizumi ayudando a su novio a pararse. _ ¿Puedes caminar? _ preguntó el pelinegro.
Oikawa simplemente negó con su cabeza y miró hacia abajo, haciéndole entender al otro que aún seguía desnudo.
_ oh, lo siento, apoyate a mi hombro _ contestó Iwaizumi mientras le ayudaba a subirse los pantalones y a buscar su remera. _ listo, ¿Vamos a la cocina? _ preguntó el pelinegro.
ESTÁS LEYENDO
Mala Suerte
FanfictionSu rodilla había emporado de la nada y ahora entraban a usurparlo en su propia casa, ¿Acaso algo más le podía pasar?... ¡ADVERTENCIA! La historia puede tocar temas sensibles para ciertos lectores, tales como abuso/violencia/robo/etc. Leer bajo preca...