Sin Limites (One Shots Yuumori)

One shot 1 (Magia ~ Myal)

Tamborileo los dedos en la mesa, profundos ojos verdes miraron a su alrededor.

Era la quinta vez en una hora.

¿Habia sido plantado? Una sonrisa sarcástica adorno su rasgos ante tal pensamiento, pero al ver la hora en su reloj este parecia ser el caso, se encogio de hombros. Por él estaba bien, no era de los que creian que un clavo sacaba otro clavo, aun así, lamentaba el tiempo que habia perdido, sobre todo porque mañana se iria de viaje.

Su mirada inconscientemente miro alrededor del salon, solo una copa de vino acompañaba su solitaria silueta, en la elegante mesa de uno de los restaurantes más famosos de Londres.

Solamente miro alrededor... Pero, como si se trarara del destino, sus ojos se encontraron con unos zafiros profundos.

Se estremecio. ¿Que hacia él aquí? Después de verle, nisiquiera pudo apartar la mirada, por eso, no fue hasta que Mycroft Holmes se acerco a él que finalmente reaccionó.

- Teniente Coronel Moriarty.

Por primera vez en mucho tiempo Albert Moriarty se sintio impotente, con una sonrisa rigida miro al perfectamente esculpido rostro de su director y antigua pareja.

- Buenas noches Director Holmes.

El Holmes sonrió, su elegante e impecable apariencia no desentonaba de ninguna manera, incluso la leve Inclinación de su rostro fue perfecta.

- ¿Puedo hacerte compañía?

El Moriarty alzo una ceja, estaba bien si no preguntaba, pero una vez hecho ¿Cómo exactamente se podia negar?

- Por supuesto.

Una vez obtuvo una afirmación, el azabache se sentó en la silla, sin ningún gesto o pretención. Solo siendo el mismo guapo imbécil del que se habia enamorado.

Fue entonces que lo vio, a un distintivo broche de zafiros, Mycroft siempre lo utilizaba cuando le invitaba a cenar, una horrible emoción acecho en su interior.

- La noche es muy agradable, me pregunto quien es tan audaz para hacer esperar al gobierno britanico.

Hubo una corta pausa, los ojos oscuros lo analizaron completamente, sin apartarlo, como si estuviera leyendo hasta el ultimo detalle y desmembrando cada pedazo de su alma.

Una sonrisa apareció lentamente en su rostro.

- Alguien demasiado audaz - Inclino el rostro levemente curioso - Pero tú, de hecho tenias una cita esta noche, y te han dejado plantado y ahora estas celoso.

Albert quien había llenado su copa de vino y daba su primer trago, casi se atraganta al escuchar tal descarada afirmación.

Si, el mismo bastardo de siempre.

- Bueno, parece que esta noche no he sido el unico plantado - Solto con desdén- y ya no estamos juntos, eres libre de estar con cualquiera, y no estoy celoso.

Oh...

Albert parpadeo, miro atento a las expresiones de su director y tuvo el presentimiento que se había saltado algo.

- De hecho...

- Su cita era conmigo.

Silencio

Una sonrisa rígida apareció en el rostro del Conde cuando giro. Alli, quien hablo no fue otro que el infame Detective Sherlock Holmes, acompañandolo estaba el Doctor Watson.

- ¡Hola!

Mycroft giro a verles sin expresión, asintió hacia el Doctor y miro cuestionablemente a su hermano.