Andrea POV
Él se acercó hasta mi cama y se sentó, yo me incorporé.
- ¿Samuel, qué haces aquí?-dije sorprendida.
- Me estuviste evitando toda la fiesta, me has quitado el sueño con ese beso y lo justo era venir, ¿no?-me dijo
- ¿Qué? No, Samuel. Entiende, esto está mal.
- Ya te dije que no, el amor no es malo, ¿acaso tú no me amas?-me dijo decepcionado.
- Samuel... no es eso, claro que te amo pe..-no me dejo terminar la frase.
- Entonces no digas nada.-y me agarró de la nuca hacia él y me besó. Intenté resistirme, esto era una locura.
- Sam... Samuel, si nos pillan me muero.-le dije.
- Shh... No digas nada.-me puso su dedo índice en mi boca para callarme y luego me besó, fue un beso lleno de pasión.-Te amo brujita.-entonces me separé, no me esperaba que me fuera a decir eso.-¿Qué te pasa?
- ¿De verdad me amas?-le pregunté sorprendida.
- Sí, durante mucho tiempo me he intentado negar esto, pero es lo que siento.
- No, seguro estás confundido.-dije intentándome convencer, no era cierto, él no me podía amar.
- No estoy confundido, confundido estuve hace 2 meses, ahora estoy seguro de lo que siento, más que nunca créeme.
- Esto no es buena idea, yo...
- Ya te dije, Andrea, amar no puede ser malo, por favor te pido, dame una oportunidad.-me miró con esos ojitos que tiene, de los cuales me enamoré desde el día en que entró en este rancho.
- Realmente estoy loca.-le dije y entonces, esta vez le besé yo. Estaba loca porque después de tanto criticar a los Gallardo estaba con uno de ellos, porque después de oponerme rotundamente a las relaciones de mis hermanas con los Gallardo ahora era yo la que estaba besándome con uno de ellos. Estoy loca por haberme permitido enamorarme de un Gallardo, pero más locura era no entregar este amor que sentía. El beso fue apasionado, estábamos tan entregados que Una de las manos de Samuel se posó en mi muslo y me subió un poco el camisón con esa mano. Entonces, nerviosa, le paré.
- ¿Qué hice esta vez?-me preguntó.
- Lo siento, yo...
- ¿Qué te pasa, Andrea? Estás muy nerviosa.-me dijo acariciando mi rostro.
- Verás... Yo...-estaba demasiado nerviosa y me daba un poco de vergüenza.
- ¿Tú, qué?
- Yo nunca he estado con un hombre.-dije rápido. Dudo que me pudiera escuchar.
- ¿Qué dijiste? No te entendí.-entonces yo le agarré las manos.
- Samuel, yo nunca he estado con un hombre.-le dije tímida.
- ¿En serio?-me preguntó sorprendido.
- Sí.
- No tienes porque avergonzarte, no es malo, al revés.-me besó las manos.
- Debo de parecerte una tonta.-le dije.
- No, claro que no. Es más, me alegro porque así solo serás mía, brujita.-entonces me sonrió con esa carita traviesa y yo quedé rendida. Más enamorada de él no podía estar.
- Te amo.-le dije besándolo. Entonces alguien llamó a la puerta. Rápido nos separamos, nos quedamos mirando sin saber que hacer. Se escondió debajo de la cama.-¿Sí?
Alguien abrió la puerta, se trataba de Nieves. Encendió la luz.
- Señorita, miraba si estaba bien todo. Mira la hora qué es, pensé que estabas mal, te escuché hablando, deberías de estar dormida.
- No, estaba recitando un poema de los que le gusta a mi abuelo, porque no podía dormir.
- Esta bien, pero duérmase señorita.-apagué la luz de mi mesita de noche.
- Sí, ya me voy a dormir, gracias.-dije recostándome en la cama y tapándome con el edredón.
- Que descanses.
- Igualmente.-me dijo cerrando la puerta.
- Enciende la luz, que no veo.-me dijo Samuel.
- Shh...-le dije, incorporándome. Tenía miedo a que Nieves volviera y nos pillara en la habitación, juntos. Encendí la lámpara de mi mesa de noche de nuevo. Salió de debajo de la cama y se sentó entonces de nuevo en mi cama.- Lo mejor será es que te vayas.-le dije muy bajito.
- No.-me miró.
- Oye, no me mires con esa cara, bobito. Si mi madre te ve aquí, le da algo.
- Me voy con una condición.-me sonrió.
- ¿Cual?
- Una cita.
- Hecho.-extendí la mano.
- Yo cierro los tratos de una forma mejor, mira.-me besó. Estaba como en una nube, si esto era un sueño no quería despertarme, quería entonces estar soñando de por vida.- ¿Ves?
- Espero que no los cierres así con todas tus clientes del banco.
- ¿Cómo crees? Solo con mi brujita.
- Más te vale.-entonces lo jalé hacia mi y lo besé de nuevo. Me agarró de la nuca, haciendo el beso más intenso.- Buenas noches, bobito.
- Buenas serán cuando estés todas las noches a mi lado.-me dio un pequeño beso y se incorporó.- Hasta mañana preciosa.-me dijo yéndose.
Ese día no concilié el sueño hasta bien entrada la madrugada. Al día siguiente se me pegaron las sábanas. Fue Irina la que me despertó a las 12 de la mañana, preocupada porque no me había levantado cuando ella sabía que normalmente a 8 me despertaba.
- Que raro que te despertaras tan tarde, ¿no?-me dijo Irina en el despacho.
- Estaba muy cansada, simplemente.-entonces mi móvil sonó. Era un mensaje de él, fui a leerlo y ponía "Buenos días brujita, se me pegaron las sábanas. Espero que cumplas tu palabra. Tú bobito te ama."
Entonces no pude evitar sonreír, seguro que tenía una cara de boba que no podía conmigo misma.
- ¿Se puede saber qué te provocó esa sonrisa tonta?-me preguntó curiosa Irina.
- Eh... Nada.-dije bloqueando el móvil.
- No mientas, te conozco bien. ¿Estás enamorada, cierto? Darío tenía razón, hace un mes cuando me pediste un cambio de look mientras estabas mala y yo te compré un nuevo fondo de armario, lo pediste por eso.
- Claro que no, ¿cómo se te ocurre, loca?
- No me lo ocultes, soy tu hermana. Quiero saber quien es ese hombre que le robó el corazón a mi hermanita.-me arrebató el móvil y lo desbloqueó. Yo estuve lenta, fue a leer el mensaje pero en ese momento alguien llamó a la puerta.
Hasta aquí el capítulo de hoy. Espero que os guste ^.^ Os recuerdo que podéis seguirme en twitter @FanTlnovelas (:
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No puedo dejarte de amar {#SamDrea}
FanfictionAntes que nada, esta historia está basada en Tierra de Reyes, telenovela escrita por Rossana Negrin, por lo que los personajes no me pertenecen, yo solamente estoy haciendo una versión. Ha pasado 2 meses desde que las Del Junco supieron las verdade...