El Principe y la plebeya

Capitulo # 8 "Cosas que ocurren"

Narra __:

Quede completamente inmóvil. Sabía que no tenía que estar ahí. Si tenía miedo, quien no lo tendría, en medio de una guerra se piensa que todo mundo es un traidor, nadie confía en nadie.

Temblé, ya no tenía completo control de mi mano y pequeñas lagrimas caían por mis mejillas rosas por el frio. Tome la mano quien me jalo fuerte mente que hizo que cayera encima de él.

Empezó a reír dejándome total mente desconcentrada.

-No te preocupes soy yo- dijo un dulce voz la cual reconocí

Me pare tan rápido como pude y me incline

-E-en ver-ver-verdad lo si-siento-dije con tanto miedo que mis lágrimas caían muy rápido, mis rodillas temblaban y penas mis palabras se escuchaban.

Que pasaría ahora ¿Me castigarían? ¿Despedirme? O peor ¿la muerte?

-He-he tranquila no te preocupes-dijo con nerviosismo- no pasa nada no llores- levanto mi cara y seco mis lagrimas

-¿pasa algo príncipe liam?-Dijo un caballero

Solo lo mire con miedo, mientras sudaban mis manos.

El me miro y solo

-no nada.-

El caballero se fue y yo solo quería irme, cuando el no veía me escape.

-Hey no espera-dijo al darse cuenta de que me había ido

Pero yo solo corrí como jamás en mi vida, esquivando guardias y al llegar  mi cuarto me avente a la cama y me cubrí con las sabanas. MI corzon latia mil por minuto mientras ardia de lo sonrojada que estaba.

Ojala todo se olvide mañana.

Dia siguiente....

Me desperté por el oído de unos horribles golpes agudos.

Apenas había dormido y moría de sueño. Mire la ventana y vi que apenas y se vea el sol

-Siempre es hace- dijo Aranza mientras se vestía-Corre si no quieres quedarte sin desayuno

Comimos lo más decente que se podría merecer un sirviente, mientras todos platicábamos llego Marta y me encargo que llevara las sábanas blancas a lavar.

Me levante de mi asiento y las lleve a lavar afuera de los establos.

-oye tu- Dijo Liam mientras se acercaba a mi

Yo acelere mi paso mientras me ponía más nerviosa

-espera-dijo

Y hay veías como un apuesto príncipe seguía  una simple plebeya como un enamorado.