Capítulo 1: Hola, soy Mía.

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Hola, soy Mía (sí, con acento)

"Y quiero contarte mi historia" sonó muy cliché, lo sé. Así comienzan la mayoría de los libros, así que iré al grano:

Soy una princesa, y estoy felizmente casada con el príncipe Harry, pero no te emociones, no es el hijo de Diana de Gales. Vivimos en Noruega desde que somos niños, nunca hemos vivido en otro país (claro, que yo sepa) y desde adolescentes nuestros padres nos unieron para que fuéramos marido y mujer. 

Harry es mi mejor amigo, desde niños nos hemos llevado increíblemente bien, era el que colocaba sus gomas de mascar en mi cabello, rayaba mis notas con dibujos pendejos y se reía cada vez que me equivocaba mientras comenzaba a leer, pero también estuvo para mí cuando reprobé mi primer examen, me caí en el parque, o aquella vez que terminé en la clínica por mi alergia al maní, tenía el rostro totalmente rojo, tanto que parecía tomate.

El punto es, que siempre ha estado para mí.

Y realmente soy muy afortunada.

—Hemos llegado, Alteza—me informó Taylor, mientras buscaba con la mirada algún lugar para estacionar el auto.

—Basta de formalidades, Mía está bien, y lo sabes.

Me miró por el retrovisor.

—Y usted sabe señorita, que no me está permitido que la llame por su nombre. Debe darse prisa, el príncipe la está esperando desde hace una hora— bufé.

—Él sabe que impuntualidad es mi segundo nombre, te agradezco por traerme Taylor—el conductor abre la puerta del auto y procedo a bajarme con la suficiente rapidez, sabía que esto me traería problemas, esta reunión era sumamente importante, pero en parte, si les soy sincera, me daba completamente igual.

Llegué al lobby acompañada de mis guardaespaldas que bajaban del otro auto, les hice una señala para continuar el camino en solitario (que dramático se leyó eso). Presioné el botón del asesor y esperé durante unos 3 minutos, estaba tardando demasiado, así que opté por la opción fácil.

Las escaleras... ¿o la difícil?

Cuando estaba a punto de llegar al decimo noveno piso, ya sentía el sudor recorriendo mi frente, y mis piernas al punto de fallar en cualquier momento, créanme que odio usar tacones con todo mi ser.

—Al fin llega Alteza, llevábamos esperándola desde la hora del almuerzo...—dijo el abogado, entre dientes—en este tipo de casos la puntualidad es muy importante, está contando tanto con mi tiempo, como con el de los otros. 

—Es cierto, ha escuchado eso de ¿el tiempo es oro?—empezó a decir la Reina Camille, mi suegra dirigiéndose al abogado—en los estadounidenses es un dicho que se escucha mucho, para ellos, perder tiempo es perder dinero—continuó. 

—Lo siento mucho—realicé una reverencia—no es mi culpa que tenga tantos pendientes por atender mientras que otros solo viven para juzgar la vida de los demás— Camille retorció los ojos, todos sabemos que pensó en esos momentos "¡Quien se cree para hablarme así! ¡A la reina de Noruega! esta niñata mal agradecida, que sin mí o sin Harry no sería nadie. No puedo creer que mi hijo se casó con semejante bruja que no sirve ni para andar en tacones o ser lo suficientemente educada" pero lo único que salió de ella fue:

—Harry te está esperando, no demores más , por favor.

—Está bien— finalicé.

Entré al vestíbulo, donde estaba Harry.

—Mía, estaba preocupado—se acercó rápidamente y me abrazó— entiendo que estés enojada conmigo por todo lo que está sucediendo pero al menos hubieras mandado una señal de que estás bien.

—Lo estoy—dije reuniendo toda la paciencia que estaba en mi cuerpo—eres la última persona a la que quiero ver, pero es una citación de la reina, así que claramente debía asistir.

—Necesitamos hablar, debes escucharme—tomó mi mano. 

La miré detalladamente, aquellas manos que limpiaron mis lágrimas cuando murió mi primera mascota, las que tomaron delicadamente mi rostro la primera vez que nos dimos un beso, tenían una pequeña cicatriz en el meñique derecho por una mordida de Max cuando recién le estaban saliendo los dientes, era gracioso, Harry quería comprobar que un perro tiene la misma fuerza que un humano, así que colocó sus dedos dentro de la boca del animal, minutos después estaba en la sala llorando porque había arrancado un trozo de piel, es un idiota, no sé que esperaba.

Reí, recordando aquel momento. Su cara cambió al instante, mostrando una ligera sonrisa sin mostrar los dientes.

—Tendremos tiempo para eso, pero no será ahora.

—Bueeeeeeeeeno, por favor tomen asiento—informó el asistente de la Reina, aún no me aprendo su nombre, cada mes buscan una vacante para su puesto, así que no es de total relevancia—vamos a comenzar, la Reina tiene una reunión importante con los medios en unos 30 minutos, así que debemos atender el asunto lo más pronto posible.

Asentí.

—Harry, podrías darnos tu versión de la historia—indicó Camille.

—Claro, madre—empezó—no tengo ningún interés romántico en otra persona que no sea Mía, es por eso, que niego totalmente cualquier acusación de los medios sobre mi relación con otra persona, ellos son capaces de hacer cualquier cosa que les genere más vistas o incluso más seguidores....—siguió diciendo.

Por mi mente pasaron millones de imágenes.

Harry y Bianca.

Bianca tomando a Harry de su cabello.

Harry comprándole su perfume favorito.

Bianca ayudándolo a colocar su corbata.

Harry llevándola a reuniones importantes.

Y más Harry y Bianca. 

Realmente maldigo el día en que ella se apareció con su vestido de flores, su sonrisa perfecta, cabello ondulado en las puntas, Ferrari rojo y la chaqueta de millones de NOK (que yo quería, pero no tenía tiempo de ir a comprar), lo recuerdo que si fuera sido ayer.

—Mucho gusto Mía, he escuchado mucho acerca de ti, que eres una persona fantástica, le gusta hacer obras de caridad a los más necesitados, vestir los atuendos de moda ¡Oh! y como olvidar aquella vez en que los medios anunciaron que le eras infiel a Harry con un... ¿Cómo es que se llama? el artista de country—decía, mientras estrechaba mi mano.

—Khalid—respondí—es mi mejor amigo.

—¡Por supuesto! no creía que pudieras serle infiel a un bombón como Harry.

—¿¡Mía?!—dijeron todos al unísono, sacándome del flashback.

—¿Mmm?

— Hemos finalizado, recuerda negar todo ante los medios, no podemos dejar que esto afecte la figura del príncipe, tengo conferencia en un rato, así que yo seré la primera en negar las acusaciones, pero no está demás que también lo hagan las personas afectadas—bebió un sorbo de la copa de vino sobre su mesa—y...—se acercó a mí—no lo arruines—finalizó y salió de la sala, junto con el abogado y su asistente.

—Cariño, estaré en casa en una hora para que discutamos esto—Harry se acercó y besó mi mejilla—espérame, no puedo seguir así contigo—asentí, y voltee mi rostro.

Salí del lugar rápidamente, no quería estar ni un minuto más, noté que fuera del edificio habían unos 20 paparazis aproximadamente y que mi seguridad había aumentado el triple.

"Genial, lo que faltaba" pensé.

—Taylor, quiero ir donde Savannah—le dije, una vez estaba a su lado.

—No es posible, tenemos órdenes estrictas del príncipe Harry sobre dejarla en el palacio.

—Soy la esposa del príncipe, que no se encuentra en estos momentos, así que seguirá mis órdenes. Debo estar en 10 minutos, así que le conviene comenzar ahora—subí al auto.

—Está bien Alteza. 

NO DE CUENTO.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora