𝑰𝒏 𝑨𝒏𝒐𝒕𝒉𝒆𝒓 𝑳𝒊𝒇𝒆 ☼︎𝚂𝚑𝚒𝚗𝚆𝚊𝚔𝚊☼︎

One

Holaa!! Nuevamente les traigo un FF del ShinWaka. Esta vez constará de dos partes.

En multimedia les dejaré una imagen referente al Tatuaje de los chicos.

Espero que disfruten de esta nueva historia y disculpen las faltas ortográficas.

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Se encontraba nuevamente frente a la tumba familiar de los Sano, su rostro estaba bañado en lágrimas y los hipidos producidos por el llanto eran lo único que se escuchaba en aquella fría noche. No era algo nuevo el hecho de que fuera al cementerio todos los fines de semana y se quedara frente a la lápida en un silencio que pronto se veía interrumpido por sus sollozos amargos, llenos de dolor y desesperación.

Porque podían haber pasado ya cinco años desde que Shinichiro había fallecido, no obstante, la culpa y el remordimiento constantes se instalaban siempre en su pecho, haciendo que en desesperación corriera al cementerio y se sentara frente a la tumba, buscando calidez, confort y seguridad, aquello que Shinichiro siempre le brindó en vida.

Insistentemente, Takeomi y Benkei le habían pedido que buscara ayuda psicológica, pues su nivel de afectación emocional rebasaba el límite que ellos creían común; sin embargo, había algo que ellos dos no sabían y que Wakasa mantenía en un agonizante secreto para sí mismo: había amado a Shinichiro Sano como nunca, se había enamorado de él y por su cobardía no se había confesado al pelinegro y lo había dejado ir aquella noche.

Y es que para el de mechas moradas y rubias era imposible no sumirse en la depresión por no tener a Sano a su lado. Había pasado los mejores momentos de su vida con él, su vida rutinaria había terminado cuando decidió formar parte de los Black Dragons, pues siempre había momentos divertidos e inesperados a causa del hombre al que seguía fielmente.

Aún recordaba la primera vez que ambos cometieron una "locura", sin nadie más a su alrededor, más que la compañía mutua en aquella aventura, casualmente había sido cuando Imaushi estaba cumpliendo sus 20 años.

El de cabellos azabaches no le había mencionado nada, simplemente había ido hacia el colegio de Wakasa y con el pretexto de que necesitaba que lo ayudara con algo, lo llevó con el hasta el centro de Shibuya, donde por causas del -no tan- destino habían ingresado a un estudio de tatuajes. Ciertamente, Sano lo tenía todo planeado, pues pese a que llevaban poco tiempo conociéndose, entre él y el albino existía una fuerte conexión, que si tratasen de explicarsela al resto, nadie la entendería.

El diseño del tatuaje era algo sencillo, pero tenía un trasfondo tierno, era un símbolo celta, más preciso dos Triskeles con un círculo en el medio. Cuando Wakasa le preguntó a Shinichiro sobre lo que era, éste simplemente respondió con un No lo sé, pero me han parecido lindos. Tras aquella respuesta, el joven de ojos oscuros sólo se encogió de hombros mientras reía.

Habían decidido que se lo harían en una zona donde nadie más que ellos dos supiera donde se hallaba, precisamente se lo habían hecho en la parte superior interna del brazo derecho e izquierdo. Después de aquella tarde, simplemente se dedicaron a pasear por el centro, comiendo comida chatarra y postres que a Wakasa se le antojaban. Sin duda alguna, ese había sido el mejor cumpleaños que tuvo, y los siguientes fueron iguales, cada uno más especial y dulce que el anterior.

Después de la disolución de los Black Dragons, los cuatro seguían saliendo y conviviendo como en sus años de pandilla y muchas veces, ambos iban hasta la casa del más alto y subían al tejado, mientras bebían de sus latas de refresco o cerveza, según lo que se les cruzara por el camino, al igual que sus cigarrillos infaltables. Solían conversar a cerca del futuro que deseaban formar y en todos ellos, se contemplaban el uno al otro y decían cosas como "Prometamos que siempre estaremos juntos." "Vayamos de viaje juntos." "Vivamos juntos algún día."

Aunque a Wakasa le costase admitirlo, tenía contemplado mantener a Shinichiro a su lado para siempre, aún si eso significaba que el pelinegro en algún momento llegaba a tener una pareja y más adelante formaba su propia familia, aún si eso implicaba que su corazón se rompiera por su incapacidad para expresar sus sentimientos hacia el Sano mayor.

A Imaushi no le importaba nada de eso, él simplemente deseaba mantener a Shinichiro a su lado el mayor tiempo posible.

(๑•́ ₃ •̀๑)

En el momento en que Wakasa recibió una llamada, una sensación de angustia se instaló en su pecho. Con manos temblorosas tomó su celular y respondió la llamada, escuchando al otro lado la voz de Takeomi, que en un tono sombrío y serio le dijo Shinichiro falleció. Al recibir la noticia, su respiración se entrecortó y un nudo se formó su garganta. La única respuesta que obtuvo Akashi fue un sollozo ahogado por parte del peliblanco. Rápidamente el de ojos violetas colgó la llamada, sus piernas perdieron fuerza y cayó al piso de rodillas, mientras dejaba escapar un fuerte grito de dolor.

Se culpaba a sí mismo por no detener al pelinegro, por no obligarlo a quedarse con él aquella noche, por no insistirle más por acompañarlo hasta la tienda. Todos esos sentimientos de culpabilidad lo consumían diariamente y es que por su temor al rechazo y falta de valentía, no le había dicho a Shin lo que sentía.

(๑•́ ₃ •̀๑)

Un par de años después, mientras navegaba por internet, observó el tatuaje que llevaba en su brazo derecho y entonces la nostalgia lo invadió, al igual que la curiosidad y sin pensarlo, buscó lo que aquello significaba. Sus ojos se habían llenado de lágrimas al leer lo que ese símbolo significaba y lloró desconsoladamente, mientras le pedía al universo que le devolviera a Shinichiro, implorando por una segunda oportunidad para verlo y decirle cuánto lo amaba.

El resultado lanzado ante su búsqueda era el siguiente "Dos triskeles. Este símbolo celta de amor eterno está formado por dos triskeles. Cada uno tiene tres nudos (puntas) que denotan los tres aspectos de una persona, cuerpo, mente y alma. Los dos triskeles unidos forman un círculo, que representa el amor eterno, la vida o la eternidad. Así, la figura representa a dos personas unidas en cuerpo, mente y alma en amor eterno."

Aquello sólo hizo que su corazón doliera más, porque finalmente había entendido que Shinichiro se sentía igual que él cuando estaban juntos. Había comprendido que su temor al rechazo era injustificado, porque tenía la prueba de que Shinichiro también lo amaba.

Y entonces deseó que en otra vida pudiera ser su chico y cumplieran todas aquellas promesas que se hicieron bajo la luz de la luna durante aquellas noches en las que subían al techo a beber y fumar.
Juró que en su siguiente vida, haría que Shinichiro se quedara a su lado para no perderlo de nuevo.

Se arrepentía tanto de no haberle dicho cuán importante era para él y lo mucho que lo amaba.