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Analogía II.

La rutina se puede tornar reconfortante para algunas personas. Ese tipo de personas que tienen un caos mental y la rutina es a lo que se aferran para sentir que tienen control en algún aspecto de su vida.

Akaashi Keiji y Bokuto Kotarou no presenciaban la mejor etapa de su vida porque su tiempo antecedia y transcendia, pero no permanecía. Era cosa de estar en una distinta línea temporal. Separados por una pared, cada uno estaba en una distinta cara de la pared.

Cada uno tenía una dirección a la cual mirar, pero al ser contraría no cruzaban miradas en ningún punto.

Una pared establecida y forjada por dos personas que se aferraban a un reconforte en el tiempo.

Tiempo desde que no hablaban, mucho tiempo.

Su reconforte era el tiempo y a la vez tenían que buscar uno gracias a éste. Irónico.

Querían tomar el control de su vida que no estaba situada correctamente.

Obviamente no iba a salir bien.

Al igual que charlar.

La interacción era algo de lo que se debían de abstener hasta aclarar las cosas con la almohada. Sin embargo, allí estaban un sábado por la tarde compartiendo un café.

Bokuto había planeado tomar un café con Akaashi, solo le faltaba preguntarle. No fue hasta la mañana del sábado que le preguntó sobre su disponibilidad en el día. El azabache al ver llegar un mensaje de Bokuto se le revolvió el estómago, consideró varias veces si quiera leer el mensaje y luego no sabía si realmente responder, lo quería ignorar, pero la curiosidad de sobre qué quería hablar Bokuto le ganó.

Entonces, Akaashi no quería parecer ansioso; para nada, pero de todos modos llegó 10 minutos antes.

10 minutos que le sirvieron para reflexionar si quería estar ahí y que todavía estaba a tiempo de escapar. Y cuando ya estaba decidido por retirarse llegó Bokuto. Quien por cierto, estaba confundido porque pensó que había llegado tarde.

-¿Llego tarde?

-No, no para nada.

-Oh, está bien.

-Buenas tardes, Bokuto-san.

-Buenas tardes, Akaashi. -Se sentó en la mesa que se encontraba Akaashi.

Un mesero se les aproximó para tomarles su orden.

-Buenas tardes, ¿Ya saben que van a ordenar? -miraba expectante de un lado para el otro.

-Uhm... yo acabo de llegar, así que...

-Oh, claro ¡lo siento! es solo que como él -Señaló hacia a Akaashi. -Lleva como 10 minutos aquí pensé que ya tenían su orden lista.

-Si, no se preocupe.

-¿Ya tienen un menú?

-Si, aquí está.

-Entonces vuelvo en un momento.

-Ten, Bokuto-san. -Le alcanzó el menú.

Donde sea que vaya  [Bokuakakuroken] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora