DONDE YA NO TE TENGO

4.9K 70 182
                                    

Por LAURA


CAPITULO 1

Después de encontrar la carta, Betty sale huyendo de Ecomoda. En su desesperación ha dejado el paquete abierto sobre el escritorio de Armando, con todas las cosas regadas.Solo acierta a llevarse la carta, que aferra a su cuerpo, como si fuera su tesoro más valioso.Ni ella misma sabe porque se la ha llevado, solo sabe que necesita leerla otra vez, asimilar si es que puede, lo que allí dice, para entender que han hecho de su vida en los últimos meses y por qué.
Las lágrimas la ciegan en su loca carrera hacia la salida de Ecomoda, pero aun le queda lucidez para esquivar al cuartel bajando a pié las escaleras. En ese momento no soportaría sus preguntas.Sólo Wilson es testigo de su estado cuando cuando la ve salir por la puerta, demudada por el esfuerzo y con la cara descompuesta por el dolor. El portero le pregunta y ella no responde, ni siquiera le ha escuchado, y sin detenerse, echa a andar sin rumbo fijo. Quiere desaparecer, alejarse de allí antes de que él llegue y la vea. No soportaría verle en ese momento y que él la vea así como está: totalmente destruída.
Entre tanto, Armando conduce feliz y ansioso hacia Ecomoda. Feliz porque la reunión con los proveedores ha sido un éxito, y ansioso por ver a Betty.Él mismo está asombrado de sus sentimientos hacia ella, de la falta que le hace a cada momento, a cada paso. Hoy cuando la llamó le alegró el corazón oir su voz, feliz al contestar y celosa cuando él se mostró interesado en la Bolocco. Aún le sorprende la mujer que descubre cada día tras una apariencia que no le hace justicia; le sorprende la pasión oculta que late en ella y que ayer le entregó en plenitud; le asombra la intensidad de sus sentimientos por él, su amor, su ternura....
Pero Armando sabe que aunque él la bese y le haga el amor, no la está correspondiendo, no le está dando apenas nada, de lo que ella merece. Cada vez le resulta mas ridiculo el juego de tarjetas y detalles, aunque la última si la escribiera él, de corazón. De alguna forma ella lo notó, se dió cuenta de que esa tarjeta era diferente de las otras, y se lo agradeció con un abrazo cálido y halagador que le llegó al alma. Le había costado trabajo dejarla pero por lo menos no tendría que viajar. Y decidió mientras llegaba a la empresa que era el momento de darle más, de salir mas seguido, de llevarla a sitios mejores,de mimarla, amarla y hacerla sentir especial. Nunca podría ofrecerle el futuro que ella soñaba, pero al menos estaba dispuesto a regalarle el presente mas hermoso. La haría feliz hasta que tuviera que dejarla. Y una vez mas se sorprendió así mismo pensando que esa idea le gustaba cada vez menos.

Cuando se baja del coche, el despistado de Wilson le interpela:

-Doctor,¿usted sabe donde fué la doctora Pinzón?.

-A que se refiere Wilson, ¿No ve que acabo de llegar, de que me habla?.

-Es que la doctora salió hace un rato y..

-¿Y qué?.-Chilla Armando.

-Que parecía muy trastornada doctor.

-¿Como así que trastornada?¿Y no dijo a donde iba?.

- Ni una palabra, pero yo creo que iballorando.

-Y si la vió mal, ¿porque no la detuvo idiota?.-Grita Armando. Wilson se asusta y no sabe que decir.

Armando cruza como un rayo por recepción y sube a Presidencia. El corazón le late apresuradamente mientras se pregunta que puede heberle pasado a Betty para huir así. Sí hasta el idiota de Wilson se dió cuenta es que se veía realmente mal. Sín embargo sus amigas del cuartel ni siquiera saben que salió. Mientras corre, casi vuela hacia Presidencia, piensa que va a matar a Hugo o a Daniel o a cualquiera que la haya ofendido. Patricia le intercepta y él la espanta con un gruñido. Entra directo a la oficina de ella, ignorando el desorden de su propio escritorio.
En el hueco se respira el aire de eficiencia que ella otorga a su trabajo. El ordenador está prendido como si pensara volver enseguida y el bolso cuelga de la silla junto a la chaqueta. Desconcertado Armando sale del hueco y por fín la vé.
La bolsa verde está caída sobre su escritorio y un monton de llamativas tarjetas estan esparcidas por la mesa. No hay duda, son las tarjetas de Mario y sus odiosos detalles. Armando se teme lo peor mientras recopila tarjetas con sus respectivas instrucciones pegadas y recuerda que Mario le dijo que le dejaría todo preparado para "el monstrete" en su ausencia.
Cada explicación adherida a la tarjeta es mas onerosa e hiriente y Armando tiembla al imaginar a Betty leyéndolas. Pero además otro temor le asalta. Mario le hablo de una carta de instrucciones, que conociendo a Mario debe ser peor que las tarjetas.Desesperado, Armando vuelca el contenido de la bolsa en el escritorio sin hallar carta alguna y se pregunta si Mario al fín no la puso o si Betty se la llevó. Piensa en llamar a Mario y preguntarle pero la idea de oir su voz y sus quejas le repugna y no le llama. Sí Mario guardó la carta, significa que Betty se la llevó en su loca huída. Un millon de pensamientos funestos le asaltan mientras imagina a Betty releyendo una y otra vez la prueba de su traición, de su desamor.
-¡Que no la haya leído por Dios!.- Reza en voz alta, aunque sus esperanzas son pocas. Las instrucciones de cada tarjeta son lo suficientemente explícitas, para que ella, donde quiera que esté, le esté odiando con todo su corazón.

DONDE YA NO TE TENGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora