Se supone que al llegar a casa, estoy solo, ¡¿cómo va a aparecer así?! Perdón, mami, no quise arrojarte la llave a la cara.
-Auch, auch, auch - sobó su nariz y recogí la llave.
-¿Estás bien? - le pregunté preocupado.
-Te tiro la llave contra la nariz y después me dices si tú estás bien, ¿qué te parece? - reclamó enojado.
-Perdón, pero nadie te dijo que aparecieras de la nada.
-Se llama sorpresa, bruto, ay, ay. - sacó su mano y su nariz se veía algo roja.
-Ya te pedí perdóoooon.
-Está bien, te perdono, pero le quitaste toda la emoción al momento. - señaló la mesa - ahí tienes tu regalo.
-¡Wooow! ¡Genial - fui hasta la mesa para abrirlo.
-Uhm, ¿tu novio no va a venir? Porque tengo mucha hambre.
Fruncí el ceño y la miré - Bien dicho mi novio, no tu chef. - volví mi atención al obsequio - A demás, él no sabe que es mi cumpleaños. ¡Woa, super! Son las timberlands que quería.
-¿No se han preguntado los cumpleaños?
-Mami, Yibo tiene muchas cosas en la cabeza, ¿sí? Prefiero que arregle sus asuntos y se sienta más tranquilo.
-No te preocupes, puedo comer ramen. - me senté en una silla y saqué mis zapatillas para probarme las botas. - ¿sabes algo de Daiyu?
Suspiró - Pude verla desde afuera, ella se ve bien, pero no creo que esté bien. Hay muchos problemas en esa familia.
Ah, Jackson tenía razón, ¿por qué no lo vi antes? - ¿Ella pelea con sus papás? ¿Podemos hacer algo? También debo hablarle.
-Si me preguntas, sospecho que YenRu le sacó su celular. En cuanto a lo otro, no hay nada que pueda hacer si sus padres no cooperan. Daiyu tampoco me dijo nada cuando me vio, y dudo que vaya a decir algo contra ellos.
-¿Entonces nada?
Hoy es tu cumpleaños, hijo, disfrútalo, no tienes por qué solucionar siempre los problemas de los demás, yo me ocuparé en todo caso.
-Bueno - me paré y caminé un poco. Mis botas nuevas me encantaban. - Me daré un ducha primero y después preparo la comida.
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「Jackson」
-Mei, dejame entrar.
Golpeé de nuevo su puerta, ya era un milagro que Wenhan me dejara entrar a su casa cuando él estaba en el instituto; ahora era Meifeng la que no me dejaba entrar a su habitación.
