Agrexofilia || HaruRin [+18]

𝐀𝐠𝐫𝐞𝐱𝐨𝐟𝐢𝐥𝐢𝐚

𝐀𝐠𝐫𝐞𝐱𝐨𝐟𝐢𝐥𝐢𝐚: 𝔼𝕩𝕔𝕚𝕥𝕒𝕔𝕚𝕠́𝕟 𝕡𝕣𝕠𝕕𝕦𝕔𝕚𝕕𝕒 𝕡𝕠𝕣 𝕖𝕝 𝕙𝕖𝕔𝕙𝕠 𝕕𝕖 𝕢𝕦𝕖 𝕝𝕒 𝕒𝕔𝕥𝕚𝕧𝕚𝕕𝕒𝕕 𝕤𝕖𝕩𝕦𝕒𝕝 𝕤𝕖𝕒 𝕠𝕚́𝕕𝕒 𝕡𝕠𝕣 𝕠𝕥𝕣𝕒𝕤 𝕡𝕖𝕣𝕤𝕠𝕟𝕒𝕤, 𝕒𝕔𝕥𝕠𝕤 𝕕𝕖 𝕖𝕩𝕙𝕚𝕓𝕚𝕔𝕚𝕠𝕟𝕚𝕤𝕞𝕠.

Era una madrugada fría de invierno, las calles se encontraban casi completamente desoladas, lo cual era extraño considerando que se encontraban en la ciudad, por lo que rutinariamente una gran multitud de gente pasaba por allí.
Quizás sea por la mala reputación que la zona estuvo ganando durante los últimos años debido a los crímenes que allí se perpetuaban semana tras semana religiosamente, los cuales aunque asi pareciera, no se encontraban relacionados a las personas dentro de la agencia, ya que ellos no eran tan inútiles como para permitir que la policía se diera cuenta de las atrocidades que eran capaces de hacer.

Y este escenario, contrastaba con lo que estaba desarrollándose dentro de la habitación en la suite del hermano menor de los Haitani, quien en estos momentos se encontraba acorralado contra su cama, con las piernas abiertas de par en par, con su hombría erecta y el sudor recorriendo cada centímetro de su piel.

Era increíble el contraste que podía llegar a haber en un mismo hombre, en un mismo día.

Nadie podría imaginar lo sumiso que podía llegar a ser a la hora del sexo. Era como si muy dentro suya se ocultara una perro sumisa la cual se encontraba deseosa de recibir órdenes por su amo mientras recibía en su pequeño culo el enorme y jugoso pene de quien lo dominara.

Todo esto, a palabras de Haruchiyo, el hombre que en ese momento se encontraba poseyendo cada centímetro del mayor, succionando sus duros pezones mientras sus largos dedos se daban paso en el interior estrecho y caliente de Rindõ, mientras que este tapaba su rostro con su antebrazo, mostrándose tímido, siendo que en realidad era todo lo contrario a lo que aparentaba.

Finalmente no había persona más fanática que él de chuparle el pene al de cabellos rosados cuando se encontraban en la intimidad.

Haruchiyo elevó su vista hacía el rostro del contrario, observando sus mejillas sonrojadas, su cabello revuelto y el cómo este mordía su labio inferior mientras retenía cada maldito gemido que de su garganta amenazaba en salir.

Ese día el moreno se encontraba más silencioso que de costumbre, siendo que hace pocas semanas, gemia como gata en celo cuando se encontraban en un callejón cercano a la agencia, dándole lo mismo la multitudinaria cantidad de gente que pasaba cerca de allí.
Era un hombre fanático de hacerse escuchar, de provocar de cada forma posible a su acompañante sin importar la circunstancia. Entonces, ¿Qué mierda lo detenía a actuar con normalidad?

--¿Qué es lo que pasa, zorrita? --Se alejó de él, poniéndose de rodillas mientras retiraba sus dedos del interior de Rindõ- ¿Acaso el gato te arrancó la lengua?