𝐇𝐄𝐋𝐋 | Kimetsu no Yaiba +18

O1 ¦ Rengoku Kyōjurō

warning: secuestro, fobia, ansiedad

oscuridad

No podía pensar en nada más que una posible escapatoria de aquella habitación oscura.
Le aterraba estar en completa soledad, en especial en lugares oscuros. A parte, su claustrofobia no le ayudaba a calmarse.

De un momento a otro, pasos se escucharon acercarse hasta ella, tragó saliva sintiendo como sus ojos ardían.

Una luz se posó sobre ella haciendo que entrecerrara los ojos por la repentina luz. Al acostumbrarse vió que enfrente de ella había un hombre de traje, yacía sentado enfrente de ella, tenía una sonrisa divertida y característica de él.

Suspiró al saber de quién se trataba, eso no le quitaba el hecho de que ya no estuviera asustada.

── ¿Por qué estoy aquí? ── preguntó nerviosamente sin despegar su mirada de sus ojos ardientes, como el fuego.

── Me alegra poder encontrarte ── pausó levantándose del sillón caminando hacia ella ── Pensé que ya no le tenías miedo a la oscuridad ── rió tomándola del mentón.

── Déjate de juegos, respóndeme mi pregunta ── comentó apartando su rostro de la mano del mayor.

Este gruñó por la repentina acción haciendo que frunciera el ceño, luego rió levemente poniendo de nuevo su rostro serio.

── Llévenla a su habitación ── ordenó, aparecieron dos hombres que la desataron de la silla en donde estaba mientras ella trataba de hacer que la soltaran.

Habían llegado a su nueva habitación, los hombres hicieron todo lo posible para no lastimarla, al dejarla y cerrar la puerta con seguro empezó a gritar desesperadamente mientras daba golpes desesperados en la puerta.

── ¡Abran la puerta! ── gritó sintiendo como aquella habitación se sentía cada vez más pequeña, encogiéndose sintiendo como el oxígeno en sus pulmones se iba.

En cambio en la otra habitación estaba el de cabello flameante haciendo una llamada.

── Sí, ya la tengo ── respondió ── Descuida, está en buenas manos.

Decía mientras salía de su habitación yendo a la de su ─ahora─ prometida.

── Los preparativos ya están en marcha, después de todo, estuve esperando cinco años para esto ── comentó escuchando las palabras de su jefe ── Desgraciadamente también está invitado.

Al finalizar la llamada toco levemente la puerta de su amada escuchando como se quejaba y sollozaba en la puerta, incluso escuchaba sus lamentos.

── Cariño, abriré la puerta ── dijo en un tono dulce tomando la perilla adentrándose a la habitación oscura.

Rápidamente al entrar sintió como unos delicados brazos lo rodeaban, posándose en su cuello, los sollozos ahora estaban demasiado cerca de su oreja, suspiró acariciando el cabello de la femenina mientras trataba de calmarla.

Cerró la puerta, la recostó suavemente en la cama, al querer separarse de ella sintió como también lo tumbaba en la cama, ella se puso encima de su pecho recostando su cabeza.

── Tan siquiera quédate aquí ── murmuró apretando su camisa cerrando sus ojos.

El hombre no pudo hacer algo más que suspirar y poner su mano en la cabeza de la menor.

Pronto ambos cayeron en un sueño profundo siendo recibidos por el mundo de los sueños, o pesadillas.

Empezamos con algo leve ;)
Espero les haya gustado.

──Akira.