Entonces me dijo - "Porque la vida es bonita, hija, por eso debes seguir viviendo"
Acentí con el nudo en la garganta más grande que había tenido en la semana. Con mis ojos llenos de lágrimas sin derramar. Intentando glorificar este momento, haciéndolo ver especial sin restarle importancia solo porque llorar sea habitual para mi y al mismo tiempo, esforzándome en ocultarlas volteando hacia mi lado izquierdo.
Perdón mamá, perdón por una vez más hacerte fruncir el seño. Ese tan característico de ti que hasta hace pocos años me di cuenta que hacías, aún cuando lo vi desde el primer día en que te conocí. Y que ahora, me molesta, me hiere, me mata...
Debe ser porque no es de enojo, cuando me ves con el, cuando me ves así madre, me lleno de culpa. Perdón por ser otro motivo de preocupación, como si no tuvieras tantos ya, me tomo el descaro de robarme tu tiempo restante al hacer que te preocupes por mi.
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Porque la vida es bonita, hija
Short StoryLa relación con mi madre no es tan complicada, sólo es, triste...