🔪 Hora #2 🔪

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Aunque Christopher apenas apretaba los pedales el auto iba a una velocidad cautelosa, las ráfagas de viento entraban con fuerza por el agujero frente a Tn_.

— Gracias por lo del parabrisas.– Usó el sarcasmo, recordando como su acompañante había hecho pedazos el vidrio que la resguardaba.

Él conducía con total concentración en el camino. Miró de reojo a la joven sentada a su lado cuando la escuchó hablar.

— De nada bonita, fue divertido.– Respondió con naturalidad.

Ella apretó sus labios. No podía contener el enojo estando cerca de él y las palabras salían disparadas de su boca sin ser procesadas con anterioridad por su cerebro.

— ¿Cuál es la diferencia? Me refiero entre ustedes y los que celebran La Purga. Por lo que pude apreciar, ambos son unos sádicos.– Cuestionó.

— Los únicos sádicos son los gobernantes.– Repuso el chico.

— ¿Por qué? ¿Por implementar un sistema que no te agrada a ti?

— No te agradaría a ti tampoco si intentaran volar tu cabeza con una bala todos los años.– Él suspiró profundamente. Tn_ no iba a entender sus razones, ellos vivía en situaciones diferentes. — Para la gente con dinero es fácil hablar de La Purga. No hacen más que verla por televisión.

— Tal vez tienes razón. No sé sobre el tema en profundidad pero puedo ver los resultados. El país está en las mejores condiciones desde que el régimen fue creado.– Tn_ había oído a Logan, su novio, decir aquello una vez. En su voz pudo distinguirse que solo estaba repitiendo las frases de alguien más, pues sonó carente de convicción. Decidió mencionar hechos específicos que tenía estudiados: — La tasa de delincuencia, desempleo y pobreza está por debajo del cinco por ciento...

— Por supuesto que sí, Tn_ . Los pobres y los sin hogar son masacrados una vez por año. Lógicamente, ellos desaparecerán.– Se irritó él.

Tn_  abrió la boca, dispuesta a responder, pero entonces asimiló la explicación de Christopher. Dejó sus labios entreabiertos, porque la revelación la impactó.

— No estás... No estás insinuando que el gobierno lo hace adrede. Ellos no... no es a propósito.– Titubeó. Su mente empezó a procesar los comentarios anarquistas que había oído en los barrios bajos. —¡Oh cielos! – Exclamó, tomando su cabeza entre sus manos. — ¡La Purga! Ellos no pretenden que purguemos nuestras almas ¡Ellos quieren que purguemos sus calles!

Se había diseñado una estrategia sutil para eliminar gente sin recursos ni empleo. De esa forma, los que significaban una pérdida para el estado dejaban de existir, mientras que los ciudadanos que aportaban al país rendían cada vez mejor. Claire estaba espantada.

— ¡Ajá! A eso le llamo revelación divina. Hasta pude ver la luz cayendo desde el cielo directo hasta tu preciosa cara.– Bromeó el conductor.

La exasperación hizo que la joven oprimiera su cráneo con sus dedos.

— Eres irritante, tú, Anarquista.– Masculló.

Christopher sonrió. Le gustaba cuando ella le decía eso. La forma en que lo hacía, como si estuviera escupiendo.

— No te estreses, bonita. Hay buenas noticias para ti ahí adelante.

Tn_  levantó la cabeza y sus ojos encontraron la entrada a la ciudad. Sin embargo, no divisó buenas noticias. Los gritos provenientes del lugar le causaban escalofríos. Algunos bramidos furiosos y otros chillidos de terror. Se encogió cada vez más en el asiento a medida que se acercaban. Unos metros antes de llegar, Christopher quitó su pie del acelerador y esperó a que la velocidad disminuyera por sí sola antes de accionar una palanca ubicada al costado del volante. El auto se detuvo de inmediato. La mirada de la joven se instaló en el tablero.

The purgue [Christopher Vélez y tu]Where stories live. Discover now