"Malas desiciones"

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Otro día más que pasa, la misma rutina, el mismo fastidio de siempre, el trabajo, las deudas, el niño, la casa, la comida y el dinero en fin siempre su lista de reclamos del día y yo, yo con solo una cosa en mente poder llegar a casa y escuchar ¿Cómo te fue en el trabajo? ¿Qué tan tu día? Pero no, siempre tiene que ser lo mismo, reclamos, peleas, gritos y discusiones. Era martes por la noche tratando de averiguar cómo sucedió todo esto, en que momento nos perdimos el respeto, la confianza, en fin todo el amor que un día nos tuvimos cuando más perdido estaba en mis pensamientos logre escuchar el grito de mi pequeño hijo así que me dirigí a la sala para ver que sucedía.

- que es lo que ocurre aquí? dije molesto

-no sé, solo sé que no se calla- dijo ignorando al pequeño

-quieres dejar eso y por favor hacer algo- dije en tono de suplica

-te toca a ti, tú también eres su padre ¿qué no?- dijo enfadada esta vez

-¡por Dios Karla! tu estas todo el día con el tienes que saber qué es lo que necesita o le ocurre- dije de nuevo molesto

-pero también es tu responsabilidad- dijo poniendo final a la discusión

Sin protestar, ya agotado por discutir a diario con ella tome a mi pequeño Julián y me fui a mi habitación con él en brazos encendí el televisor para que el pudiera ver los dibujos animados y mientras yo los miraba con el pensé en lo que se había convertido mi vida, en todos los errores que eh cometido a lo largo de esta y la final siempre es la misma conclusión que gracias a todo eso tengo a lo que más amo en esta vida que es a mi hijo, aunque no estoy seguro que la vida que su madre y yo llevemos sea la mejor de todas no me arrepiento de tenerlo a él.

A la mañana siguiente me levante muy temprano para ir a trabajar a decir verdad esta era mi hora favorita del día por que todo estaba siempre silencio y hasta me hacía pensar que somos una familia de esas que el esposo trabaja la mujer cuida de los niños y el hogar y al final de un mal día ella lo recibe con amor y gusto, termine de cambiarme y me dirigí a la habitación de mi hijo le di un pequeño beso él es el que siempre me impulsa a intentar y seguir cada día, me fui a trabajar y al llegar lo primero que escuche fueron quejas y más quejas que un empleado había renunciado que todos los proyectos por realizar estaban atrasados en fin ignore a mi asistente y me marche a realizar mis labores para poder terminar temprano hoy. Ya eran eran cerca de las 7:30pm ya había terminado todos los pendientes que tenía pero aun no quería marchar rumbo a mi casa sabiendo todo lo que ahí me esperaba así que decidí llamar a un viejo amigo con el fin de charlar un rato y beber una cerveza

-Andrew que sorpresa- dijo el chico del otro lado de la línea

-ya vez, ey Isaac ¿estás muy ocupado?-pregunte tranquilo

-no, no mucho ¿Qué pasa?-pregunto intrigado-

-¿Qué te parecen unas cervezas con un viejo amigo?-

-claro Andrew ¿dónde nos vemos? ¿O qué?-

-en el bar de siempre el que está por el centro ¿te parece?-

-claro, ahí nos vemos-

-muy bien Isaac adiós-

-adiós Andrew-

Isaac Sinclair era mi mejor amigo o al menos el único que tenía después de casado todos mis amigos se fueron alejando poco a poco de mi porque ellos aun Vivian y disfrutaban su solteria y yo ya no podía por todas las responsabilidades que ahora tenía así que optaron por ya no invitarme a ningún sitio y poco a poco ir saliendo de mi vida y aunque Isaac fue el único que nunca me dejo solo no lo frecuentaba muy seguido por los celos irracionales que Karla tenía hacia mi amistad.

Mi dulce amante ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora