Cuando la música te da paz en un mundo de guerra, adquieres la paz que ni el amor te brinda. Melomanía, me dijeron que así es el nombre del síndrome de pasión a la música, pero. Más allá de un síndrome es un hábito típico de cualquier persona que le gusta la música, o actitud típica de un adolescente que se cree depresivo por problemas familiares, sociales, por ser supuestamente excluido de los demás de su edad o, por ser una persona caprichosa teniéndolo todo al alcance de sus palabras. Supondría que es mi pensamiento cuando escucho música recostado en el tapete de mi habitación a la hora de la madrugada, cuando entre fugas de mirada y estoy perdido en el vacío de mi mente recuerdo que ¿la vida se trata de tener un propósito o buscarle un sentido? ¿Un motivo? Típica pregunta al fin y al cabo de un adolescente... apenas 15 años y pensamientos de muerte. ¿Acaso con tan pocos años deseamos morir? Ya nos aburrimos, de la poca existencia que llevamos en este plano (según la religión obviamente)... o solo es porque hablo solo todo el tiempo.
Nicolás, mi nombre, no me gusta mencionar mis apellidos pues se oye muy formal o siento que me llaman a lista de la escuela. Preferiblemente me gusta que me llamen Nick, es corto, rápido, y fácil de recordar. O eso escuche en una serie que vi por ahí en una de esas plataformas de Streaming... como detesto decir eso: "Streaming" suena como de una persona con mucho dinero y lujos. O no lo sé, eso es lo que pienso.
Mejor iré a la escuela, ya se viene haciendo tarde y yo hablando solo.
Para ser honesto, el frio de la mañana es una de muchas sensaciones que por ilógico que se escuche: Me encanta. No obstante al llegar a mi destino el frio deja de gustarme y los nervios o ansiedad se apoderan de mi cuerpo y no dejo de temblar, además de que el sudor es tan frio como sentir un hielo derretirse en tu mano, simplemente horrible. Algunos llegan a mirarme como con preocupación, otros con una mirada de fastidio preguntándose: cuando será el día que me enferme por unos meses y con mi presencia no les moleste mas la vida que tanto agradecen diariamente a sus padres, a Dios, o quien sabe a quién. O eso solo lo pienso yo.
La rutina es muy típica, en exceso es aburrida. Mi asiento del aula es como siempre lo ha sido desde mi infancia: una esquina, ya que me hace ver a todos los alumnos y nadie estará mirándome desde atrás, lo cual, me causa tanta inseguridad como pánico de hablar y hasta de moverme. Pero para sentirme tranquilo y fuera de este mundo: saco un lapicero, mi libreta y escucho música que me relaja en cierto modo. Escucho lo que este en el playlist, pero que sea de mi agrado y me permita escribir poesía. Comienzo viendo a mi alrededor sobre de que escribir, y así continuo hasta que el maestro o maestro, entra en el aula.
De mi día en la escuela, nunca me gusta hablar, es lo mismo de siempre: una pareja besándose por allí, una pareja besándose por allá, y muchos estudiantes divididos en una especie de grupos, les llamo: "los clubes". Hay clubes de futbolistas, de músicos, de ajedrez, etc.
Ciento que es incomodo estar en esos clubes, ¿acaso no ven que pierden su tiempo? Haciendo estupideces que no les aportará de nada en su vida futura, en algún trabajo; nacimos para hacer algo importante, ¿no es así? Se supone que si empezamos desde muy jóvenes los frutos vendrán a nosotros con mayor rapidez, ¿verdad? O solo es mi pensamiento, de todos modos, yo pierdo el tiempo escuchando música todo el día y caminando con manos en el bolsillo porque no necesito las manos para caminar.
Alguna vez cuando fui a piscina y nadé un pequeño tiempo del día. Me rete a mí mismo a soportar más de un minuto de bajo del agua, pero cuando iba llegando a mi limite y quería llegar aún más lejos, mis ojos los cerraba con tanta fuerza, mis cachetes se inflaron como dos grandes balones y mis expresiones faciales no me permitían llegar a mi meta, hasta que empecé a sentir una presión en el pecho y la espalda, tan fuerte, que por un momento se pasó y deje que entrara el agua por mi boca y siendo honesto, era una tranquilidad tan pasiva como la de sentir la brisa besando tu rostro en un pastizal alto junto a un atardecer anaranjado y tenue que te permite ver el sol sin temor de que ardan tus ojos y permite cerrarlos suavemente. Lo último que recuerdo es despertar en mi habitación en la mañana, no me importa que haya pasado pero me encantó.
Cuando paso por los largos pasillos de la escuela y se me quedan mirando algunos estudiantes, siento esa presión de agua, pero nunca llega la calma ante de esta tempestad... me pregunto porque seré tan diferente, raro y poco común entre las personas que me rodean.
Mamá no ha llegado y papá tampoco, ambos están trabajando, lo cual me alegra mucho, entre más se tarden, más dinero habrá y eso significa menos peleas por falta de dinero para pagar los gastos diarios o por culpa mía y mis necesidades de hijo único .
Solo desearía tener a alguien a quien contarle mi aburrida vida, y solo esperar que la disfrute más de lo que la he disfrutado yo, ¿o solo alguien a quien abrazar? ¿O dar un beso? Supongo que es lo único de adolescente normal que tengo entre muchas cosas. Que adolescente con sus cambios hormonales no quiere besar a alguien de su edad, o tener sexo, o quien sabe que llegaran a hacer, aparate de fumar, tomar y ser como niños que juegan a ser maduros. O eso es lo que yo pienso.
Ya son las 12:37am, llevo mucho tiempo hablando solo, intentaré dormir con música.
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Pikodu: Disfruta de los que tienes
Non-FictionY cuando Nick no podía pensar mas en su vida y su alrededor, se convierte en el host de unos juegos que le brindaran la oportunidad de no ver la vida desde una perspectiva tan melancólica.