Intro

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Era un día soleado, el kiosco estaba vacío y las campanas de la iglesia empezaron a tocar.

Te esperé en el kiosko, planeaba que podría decirte, para ser sincero, me sentía nervioso, pero feliz.

Este día, sería el día, el momento en que por fin te declararía mis sentimientos.

Me arregle mas formal de lo común, y compre un ramo de Lirios Blancos, sabía que te gustaban mucho y eran bastante significativos para ti.

Pasaban las personas, el sol cada vez se ponía intenso, los minutos avanzaban, pero no llegabas, estaba un poco intranquilo, así que, decidí escribirte.

15:07
¿Ya estas en camino?
¿Dónde estás?
15:15
Ya pasó bastante tiempo del que acordamos, ¿Te encuentras bien?
15:30
Oye, me estoy preocupando, ¿donde estás? ¿Estás bien?

Te marqué, pero no contestaste, cada vez mi preocupación crecía y crecía, así que decidí ir en tu búsqueda, camine en dirección a la parada de autobuses, pensando en que pudo haber pasado.

«Quizá se le apagó el celular, tuvo un contratiempo o tal vez no te habías acordado.»
Pero ninguna de las opciones me dejaba tranquilo.

Las calles estaban vacías, una sensación pesada se podía sentir en cada paso que daba, pero me importaba más encontrarte y saber que había pasado, así que no le presté mayor importancia.

Caminé y camine, estaba cerca, pronto llegaría a la parada; de pronto, a lo lejos pude verte, levante mi mano, tu hiciste lo mismo, corrí hacia ti, cegado de alegría, sin darme cuenta de lo estaba por pasar; cuando de pronto...

15:50

Lirios BlancosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora