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Una parte de mí, una pequeña parte de mi en ese momento dijo "No gires la cabeza". Pero otra parte de mi dijo "Gira la cabeza maldito idiota, que vivirás algo increíble si te das la vuelta". Así que me puse todo pendejo y me gire.
Y ulala no había nadie. Esto se parece a las películas de terror baratas y de mala calidad que pasan por el canal 2.
—Puta.. pensé que iba a pasar algo bueno como en las películas que ví en la tele.—Frustrado tome mi mochila y me fui en dirección a la casa.
En el camino ví una pequeña tienda de pinturas, así que como soy algo chismoso me metí en ella como cualquier vieja de barrio.
La campanilla que tenía la puerta sonó, diciendo que alguien había entrado. O sea yo.
La tienda parecía algo sucia, no habían personas que la estuvieran vigilando así que cualquiera podría meterse a robar.
Pasaba viendo las pinturas, cada detalle que se hizo con el pincel. Pase por una que me llamo la atención.
En el centro tenía a un pequeño niño, el niño tenía el cabello de color negro y ojos color Miel, su piel era de un color súper blanco, casi a el de un vampiro. Aunque no existan. Llevaba unos pantalones de color café y una camisa de color blanco, lo raro era que está camisa tenía pequeñas manchas rojas, lo que se significaba que era Sangre. Al rededor de el niño habían varias figuras, eran huesos, casi como la muerte, aunque creo que eran la muerte. tenían ropa negra casi como un vestido les llegaba hasta cubrirles los pies, todo era negro lo único que se podía ver eran sus huesos y la ropa que llevaban. En total 5.
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El niño parecía muy asustado, pequeñas lágrimas se derramaban por sus mejillas, pero lágrimas de sangre. Quería ver la firma pero no la encontré, así que hice a un lado la pintura y trate de ver atrás de ella.
—Te gusta?—Gire mi cabeza y Vi a un chico, un poco más bajo que yo.
su cabello era negro y cubría sus ojos, tenía una sonrisa en el rostro. Tenía varias vendas en su cuerpo y curitas en la cara. Cómo si acabara de meterse en una pelea.
—Que?—Pregunte como todo pendejo.
—La pintura.—Dijo.—Te gusta?
—Bueno... ¿si?
—Genial! puedes llevártela.
—No gracias. No tengo espacio además no tengo el dinero y mi mamá no le gusta este tipo de cosas.
—Hey!!—Escuche.—Eres loco? Con quién hablas?—Dijo una mujer con un vestido rojo brillante y labios pintados de color rosa.—Si quieres llévate la pintura gratis pero no hables solo pareces estúpido.—Ella salió de la tienda y se montó en un carro con un hombre y salió de allí.
