Perdido por ti.

Bad boy.

-Wey, tenemos que ir hoy, va a ser la mejor fiesta del mes.- Comenta Zack.
-No lo sé, estoy un poco harto- Digo. No se como explicarle a Zack que estoy un poco desesperado de las fiestas y las chicas.
-Vamos, relájate y has lo tuyo allá.- Dice emocionado.
-¿Que remedio? Te veo en la noche- Digo.
Camino hacia mi casa, está a tan sólo 10 minutos de mi escuela, no hay nada nuevo en las calles, que aburrido paseo diario. Cuando llego, veo que ya está llegando el camión de mudanza de la nueva familia, justo la casa que está al lado de la mía. De un auto rojo, baja un chico rubio, más o menos de mi edad, una chica castaña, no mucho menor que yo, también baja del auto. Voltea a verme, hay miedo en sus ojos, lo se. El mejor lenguaje siempre es a través de los ojos...
Ignoro esto y me meto a mi casa.
-¡YA LLEGUÉ!- Grito, sólo para que mi madre sepa que estoy bien y que no me haya ido de fiesta en vez de regresar. Abro el refrigerador y saco una cajita de papas a la francesa que traje ayer de McDonalds. Subo a mi cuarto y me las como.
Que desesperación, los nuevos vecinos hacen demasiado ruido con tantas cajas y muebles. Salgo a mi balcón, que da al balcón de la casa de mis nuevos vecinos. Me recargo en la barda y espero a que alguien de señales de vida en la ventana de la otra casa. Cinco minutos... Nada. Cuando me estoy dando la vuelta para regresar a mi habitación, veo que alguien entra al cuarto. La misma chica que hace rato. Trae en las manos dos cajas y las deja caer sobre su cama. Es realmente bonita. Lástima que no busco nada, de momento.