O3.

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En el transcurso del recorrido del autobús hasta la plaza comercial a la que se dirigía, Jungkook no dejó de pensar en la conversación que había tenido con Taehyung. ¿Tan mal omega era? cuando era más pequeño, y hasta hace unos meses atrás, su madre le afirmó que sería un buen omega para la familia que llegaría a formar. Tenía caderas anchas para tener cachorros, y muslos gruesos, la cosa favorita de los alfas. Los alfas amaban a los omegas con carne de donde agarrar o morder durante sus celos, ellos no querían a un omega escuálido y sin chiste. Jungkook tenía todo eso. A veces pensada que Taehyung era un alfa especial y no le gustaban de ese tipo, como él. Aunque, de ser así, no lo hubiese llamado para calmar en su celo, y tampoco sus muslos debieron haber quedado completamente magullados de tantas mordidas y apretones que le daba. Aún cree tener marcas de ese día, y fue tan sólo hace unos meses.

¿Era posible que el lobo de Taehyung no sintiera nada al tener a Jungkook cerca? Porque Jungkook si sentía, y mucho. Cuando él estaba ausente, su lobo aullaba por ir en busca del alfa y verlo. Cuando estaban cerca, su lobo chillaba por atención del alfa y soltaba dulces feromonas para atraerlo, y no dejaba de hacerlo hasta que Taehyung lo mirase, aunque sea, de reojo. Al castañito siempre le pareció atractivo el alfa, en ocasiones lo veía por la escuela y pensaba que tenía una bonita sonrisa, porque si, había visto a Taehyung sonreír, pero sólo con sus amigos, y cuando eso pasaba, podía jurar que todo a su alrededor desaparecía y sólo tenía ojos para observar lo hermoso que era con las comisuras de los labios elevadas y sus mejillas abultadas.

Nunca había sentido tanto la necesidad de estar todo el tiempo a su lado o, al menos, tener algo que oliera a él para calmar su sed. Aquello lo llevaba a atribuir el embarazo quien lo ponía así. Tal vez, el bebé necesitaba la protección y presencia del alfa, más de la debida.

El autobús para justo fuera de la puerta del centro comercial. Se dirige hasta la sección de restaurantes, donde lo espera Yoongi, su mejor amigo, un adorable omega de ojos pequeños y cabello menta. Es un chico de baja estatura, muslos delgados y cintura pequeña, lo que parecía gustarle mucho a Namjoon. Tal vez muy en el fondo, Jungkook deseaba que con Taehyung fuera igual.

"Hola, KooKoo, ¿cómo estás?" Yoongi le pregunta con una bonita sonrisa en su rostro, se encuentra comiendo algo de ramen de esos que vienen dentro de un vaso mediano.

"Hola, Gigi. Algo cansando, ¿y tú?" Jungkook le responde, correspondiendo su sonrisa mientras se dispone a tomar la silla frente al otro omega para sentarse.

"Estoy bien, gracias" toma un par de palillos junto al vaso de ramen extra que había comprado y se los pasa a Jungkook para que comiera también. "Pensé que debías estar hambriento"

Y sí; mucho. La manzana que comió en la mañana no había sido suficiente. Su estómago rugía y ardía por ser llenado de lo que sea.

"Bastante" revela, quitando el papel de la parte superior y recogiendo un poco de fideos con la punta de los palillos.

"Y... ¿cómo es la vida con Taehyung? ¿te trata bien? Nam dice que es algo bruto contigo"

¿Qué debía contestarle? ¿Qué el alfa era un imbécil y bruto con él, o que apenas y hablaban?

"Sí, lo es, pero no hablamos mucho, ¿sabes? Sólo lo necesario"

"La comunicación con el alfa durante el embarazo es importante"

"Cuando es tu alfa, tal vez si"

"Taehyung es tu alfa, Jungkookie"

"No, Yoongi" el castañito niega suavemente. El rumbo el cual estaba tomando la conversación hizo que su hambre se esfumara por unos instantes. Jugó con las mangas largas del suéter mientras se relamía los labios. "No lo es. Él me lo dijo hoy"

ven aquí y ámame  :  taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora