Empecemos El Juego

459 71 8
                                    



Jade ingresó al cuarto de Tori y se quedó observando el lugar, ya había estado aquí antes pues cuando el grupo de amigos se juntaba en su casa aprovechaba la oportunidad de explorar la casa.

¿Qué porqué lo hacía?

Bueno, al inicio era simple curiosidad, quería ver que había en la habitación de Tori, quizás algún álbum fotográfico del cual pudiera burlarse después, calzones de abuelita, o alguna otra cosa con la cual pudiera exhibirla, molestar solo porque le gustaba ver las expresiones que la morena hacía. Pero después visitaba aquel cuarto porque olía a Tori y bueno, odiaba admitir que eso le gustaba.

Aún con ésto y que sabía cada cosa que había en aquella habitación, observó su alrededor con total meticulosidad, tratando de no perderse de nada.

Tori al llegar vio como la peli-negra observaba cada detalle de su cuarto por suerte pudo limpiar y acomodar todo antes de su llegada.

Tori: puedes sentarte en donde gustes

Habló sacando a Jade de sus pensamientos.

Tori: mientras voy encendiendo mi computadora y luego voy a buscar algo para tomar mientras hacemos el trabajo ¿esta bien?

Sonrió con los labios pegados pero trasmitiendo aquella dulzura que le caracterizaba, quería mantenerse firme pero sus manos temblaban de lo nerviosa que seguía.

El silencio permaneció del lado de Jade unos momentos, largos desde el punto de vista de Tori, aunque en realidad sólo eran unos cuantos segundos.

Jade: si, pero apresurate para que podamos terminar rapido este estúpido trabajo para poder irme.

Por fin habló, como siempre con un tono cortante y frío, que aunque hizo decaer un poco el ánimo de la morena y trató de alargar de forma optimista la conversación, decidió, solo asentir y contestar con dos palabras.

Tori: esta bien.

Tori fue hasta su computadora para encenderla, se sintió un poco ansiosa, sentía la mirada de Jade a sus espaldas ¿podría ser cierto? ¿Jade la estaba observando?, tamborileó con sus dedos en el teclado del ordenador, la pantalla se encendió y entonces dejó de sentirse tan tensa, dio media vuelta sonriendole a la ojiazul quien seguía mostrando una actitud seria y hastiada, la morena dejó pasar ése detalle, para luego salir de la habitación. Mientras bajaba las escaleras y se dirigía a la cocina estaba pensando en lo que la gótica dijo hace poco.

Tori Pov.

Parece que jade no quiere estar cerca mío, pero aún no se si es bueno o malo para mi.

Digo, quizás ella ya dejó en el olvido lo que hicimos aquella noche, quizás sólo le tomé más importancia de la que debería y mis crisis solo han sido una exageración, quizás podamos seguir siendo las eniamigas que siempre hemos sido, tal vez debo dejar eso de lado, seguir adelante y actuar con ella como antes lo hacia.

Aunque por otro lado, me quedé aún con las ganas de seguir haciéndola mía, de sus besos, caricias y súplicas.

¿Pero y si a ella no le gustó? ¿Si solo fingió? ¿Porqué lo hizo?

Me detengo en seco en el último peldaño que da hacia la planta baja, ¿podrá ser en serio que sólo lo hizo para molestarme después?

Me tranquilizo, no puedo sacar conclusiones tan rápido solo debo seguir con el plan y esperar que funcione o por lo menos ver hasta donde es que ella está dispuesta a llegar.

Fin Pov.

Tori salió de sus pensamientos por el sonido del timbre de su casa dejó lo que estaba por hacer y fue a atender, juntó sus cejas en señal de confusión, no había nadie ahí, observó hacia ambos lados, a lo lejos dos niños iban corriendo y riendo. La morena negó y cerró nuevamente la puerta. A veces le parecían insoportables esas muestras de inmadurez y otras, como en esta ocasión, le parecía divertido.

El juego que nos unió Donde viven las historias. Descúbrelo ahora