Es oficial, yo no pertenezco a ESTE mundo.

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Cápitulo I

- A despertarse dijo la rana mientras cantaba por la ventana...- le cantaba mi mamá a mi hermano que yacia durmiendo con esos ojos angelicales en su cama, a unos metros de la mia... si, por desgracia, aún no tenia un cuarto propio, nos estabamos mudando y mi cuarto lo estaban construyendo el en segundo piso.

   Abri mis ojos lentamente, me habían despertado, ergo, despertaron al demonio de tasmania, ¿Saben lo que es despertar a un Oso cuando inverna? Se las ven con el mismo infierno.

- Mamá... así no lograrás nada - dije con la voz ronca mientras me levantaba de la cama, miré el reloj. Seis de la mañana. Ésta vez si que no los perdonaria.

   Caminé hacia la cama del Angelito (sarcasmo), lo tomé por los hombros y comencé a sacudirlo.

- ¡Despierta Mocoso! ¡Un terremoto! ¡No sobreviviremos si sigues durmiendo! - semigrité al mismo tiempo que escuchaba un silencioso "Sarah..." que provenía de mi madre - ¡Hay un golpe de estado!

   Mi hermano se despertó depronto y abrio los ojos como platos.

- Ahh!!! ¡Epidemiaa! - gritó y salió disparado.

   Recorrió la habitación entera de un lado para otro y en tiempo récord apareció Ezequiel cambiado, peinado y con los dientes cepillados. En su mano derecha llevaba a su osito. Estaba claro, pensaba que de verdad era el fin del mundo.

- Emm... oops ¡Falsa Alarma! - dije humilde desde mi cama.

   Mi hermano maldijo por lo bajo y me miró con una cara de "muérete" y yo reí cuando lo vi ponerse colorado de la rabia.

   Y aquí estaba yo, Sarah Weston, típica adolecente de 14 años que atraviesa una tipica mañana de primer dia de clases. La diferencia a las otras mañanas era que entraría en una escuela nueva. Por suerte tenía a mi mama, Verónica, que me ayudaría en este cambio. Mucho para contar de mi familia no habia, solo que mis padres estaban divorciados, eso obligó a mi mamá a comprar terrenos nuevos, ya que la casa era propiedad de mi padre, así que… nos mudamos a otro vecindario, los habitantes parecian gente amistosa, pero a veces las apariencias engañan. Mi hermano se llamaba Ezequiel, sin comentarios.

   Me bañé, vestí, peiné ( con mi cepillo rosa de Plush ) y cepillé mis dientes en un total de 15 minutos, si, esa es una virtud que tengo. La rapidez. En este episodio, tuve la mala suerte de que esta rapidez me llevó a correr escaleras abajo y comerme los últimos cinco escalones, resultado: tres moretones en cada rodilla. Genial. Mi virtud pasa a ser un defecto.

   Como sea, bajé y me dirijí a la cocina para desayunar, miré el reloj de la pared y me atraganté con la chocolatada.

- ¡¿Qué?! ¡¿Las seis y media?! ¡A las siete tengo que estar allá! - devoré rápidamente dos galletas y tomé el bolso.

   Salí de casa, me esperaban 10 cuadras. El clima era realmente deprimente, nublado, ni rastro de sol, la calle desierta, solo se que no era una foto por que hojas secas danzaban en la vereda y se dirijian a la calle. Luego estaba esa pequeña brisa que producía cosquillas en la nuca. Para ser un primer dia de clase, el ambiente te bajaba los animos con tal impulso como cuando te dicen que desaprobaste un final del cual dependen todos los dias en la computadora.

   Noté que mis piernas se agotaban, y sólo iba una cuadra, así no llegaría nunca a ningún lado. Miré la esquina de la cuadra. Había un poste con un cartel que indicaba " Calle 33 " . Bueno... la escuela quedaba en la 41, faltaba un raaaato para llegar. Pero con mi virtud-defecto llegaría rápido. Mis piernas temblaban y parecía que se iban a quebrar y estallar en millones de fragmentos diminutos. No me quedó más remedio que caer al suelo de rodillas. Noté como los minutos transcurrian como a paso de tortuga. La gente me miraba con cara de "rara" pero nadie me venía a ayudar. Miré mi reloj pidiendo que porfavor siguieran siendo las 6:30 pero ya eran las 6:45. No me podía levantar. Pensé en mi virtud-defecto y supe que en este momento esa tal virtud-defecto se había esfumado como el humo en una parrilla.

   Comenzó a llover. " Genial " pensé " Mi hermoso peinado, que tardé poco en hacerlo y porsupuesto con mi cepillo rosa de Plush, se irá al basurero ". Una gota cayó en medio de mi cuidada frente y recorrió mi rostro recién bronceado, corriendo toodo el maquillaje " Agh, Que gusto  “ pensé. “ Justo lo que necesitaba". Nótese el sarcasmo.

   Sin poder controlarlo, caí contra el asfalto. Gracias señora gravedad.

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⏰ Última actualización: Feb 03, 2013 ⏰

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