IV

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Se encontraba nervioso. Todo el día había tenido la sensación de que algo pasaría, no sabía si algo bueno o si algo malo. Tal vez eran solo una reacción a la cita que tendría el día siguiente. Aun así sentía su corazón agitado, a la espera de algo que inevitablemente ocurriría.

Jeon Jungkook siempre seguía a su corazón, y por eso es que se sentía tan ansioso, o nervioso, o... ya no sabe que otro sentimiento parecido a esas dos palabras usar. Y su corazón en ese momento le decía que estuviera alerta porque en cualquier momento sucedería lo que lo tenía de ese modo.

Ya eran casi las ocho de la noche y aún Jimin no llegaba a casa. Su amigo debería estar en las famosas clases de baile y debería llegar aproximadamente en una hora más.
Es por esto que decidió hacer la cena, así se encargaba personalmente de que Jimin comiera. El también se daba cuenta de lo mala que estaba siendo la alimentación del peli rubio, pero cuando sacaba el tema a colación, este le decía que no se imaginara cosas que no eran.

Que no se imaginara cosas... pensaba el. Porque claramente el era ciego y no veía que su amigo estaba más delgado y ojeroso.

Quería atribuirle su estado al constante estrés al que vivía sometido su amigo, porque era más que sabido que Jimin vivía bajo un estado constante de preocupación, de mucho mucho muuucho estudio y algunas veces, solo algunas veces, de salidas a bailar con el y su amigo Tae.

Estaba decidido, prepararía una cena realmente deliciosa, que se basaba, tristemente, en ramen, y digo tristemente, porque es lo único que sabe cocinar. No lo culpen, el que cocina siempre es Jimin, y en su hogar anterior, eran los encargados de la casa de acogida en la que vivían los que les preparaban el alimento.

Su casa de acogida, que ya no le gusta llamarla así, sino que simplemente "casa". Porque es su casa, y aún más que eso, es su hogar. Hogar donde conoció a Jimin y donde este se volvió su hermano y mejor amigo.

Cuando estaba a punto de empezar a calentar el agua para el ramen, una llamada lo distrajo de su labor. Un número desconocido.

Tomó su celular con la mano derecha mientras que con la mano izquierda se acomodaba el cabello. Contestó

—Buenas noches, estamos llamando desde el Hospital Central de Seúl. Quisiera hablar con Don Jeon Jungkook. ¿Es usted él?

Al momento de escuchar el nombre del hospital sintió cómo la sangre se le helaba y cómo se le cortaba la respiración.

—Ho...—un carraspeo leve.— Hola, si, soy yo. ¿Cual es el motivo de esta llamada?

—Verá, usted aparece como contacto de emergencias en la tarjeta de identificación de Park Jimin. Es por esto que debo avisarle que el joven Park ha sufrido un infarto al corazón y ahora está siendo ingresado al quirófano.— la mujer, ya con años de experiencia realizando esas llamadas, hablaba con voz tranquila, esperando no alterar a la persona con la que hablaba.—Si usted es su número de emergencias, debe venir inmediatamente a firmar unos papeles que autorizan los tratamientos a los que debe someterse el paciente.

Un... ¿infarto? Que mierda estaba pasando y por qué Park Jimin había sufrido un infarto.
Se quedó sin palabras tratando de procesar la noticia que le habían dado.

Así que esto era, por eso se sintió de esa forma durante el día. Era esto lo que pasaría.

Se pasó una mano por la cara en un signo evidente de frustración al no saber que hacer, mientras le indicaba a la persona de la llamada que estaría ahí lo antes posible.

Cortó la llamada e inmediatamente después buscó su abrigo y sus botas. Salió del departamento y no quiso esperar el ascensor para bajar hasta el estacionamiento, por lo que, pensado que sería más rápido, bajó las escaleras corriendo desde el cuarto piso hasta el menos uno.

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