La Mansión Dónovan

°| Cap. 1 |°

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☆彡彡 𝚃𝚎𝚗𝚒𝚔𝚊𝚖𝚊𝚛𝚞 𝙼𝚊𝚔𝚎𝚍𝚎𝚛𝚊 ミミ☆

Vaya... Qué relajante es pasear por el bosque...

Despejas tu mente de problemas y cosas que te hayan estresado, escuchando atento al canto de las aves, el viento meciendo los árboles, siendo uno con la naturaleza...

Y se preguntarán, ¿qué hago dando un paseo por el bosque a altas horas de la noche?... Bueno... Simplemente les responderé de manera sencilla... Porque quiero.

Tampoco les diré el porqué me relajo o si pasé por algún problema antes... Eso no les incumbe...

Sin duda alguna, tampoco le tengo miedo a lo que sea que me vaya a atacar, siendo de noche, ya que como todo buen explorador, siempre cargo con un arma.

Lo sé, aparte de relajarme, vengo al bosque en búsqueda de esa misteriosa casa embrujada que mencionaban los pueblerinos. Quizás encuentre una que otra bruja y me robe sus pociones para encantar mi lanza, estaría genial.

Agh, ¿dónde dejé mi mapa? Estaba seguro que lo traía en mi mochil-... Mierda, ¿en qué rato se abrió semejante agujero?

Demonios, está toda vacía por culpa de este estúpido agujero, todas mis provisiones se cayeron...

Volvería por ellas, pero seguramente los animales del bosque se lo deben estar devorando. Mejor sigo mi camino, quizás encuentre algunas bayas y las guarde en mi bolsillo.

Vaya suerte, no tardé mucho en encontrar un arbusto repleta de ellas. Agarraré unas cuantas y de paso sigo caminando mientras como.

Cierto, la ruta, hmm... No creo que necesite mi mapa, después de todo, mi destino es en una montaña y solo veo una a lo lejos. Voy hacia ella corriendo a gran velocidad, ya que no me quedaba tan lejos.

En unos minutos, logro llegar al pie de la montaña. El clima empieza a ponerse frío y nublado. Y eso que ni siquiera subí a la montaña.

Mejor me apresuro en encontrar esa casa embrujada para poder refugiarme antes de que llegue una tormenta.

Sigo un camino marcado de la montaña. Vaya que el sitio tenía varias curvas y vueltas por dar, ¿quién creó este camino mal hecho?

Avanzo más y más arriba, sin encontrar señal alguna de la casa. De pronto, una extraña niebla se forma en el ambiente. Como si el camino mal hecho no fuera suficiente, ahora me será difícil ver por donde voy.

Doy pasos lentos, pero normales, estaba confiado que mi instinto me guiaría a mi destino. En uno de mis pasos por poco me caía, pues me encontraba al borde de un barranco.

Estaba en una altura suficiente de la montaña que, si me caigo de ella, podría morir. Pero eso nunca ocurrirá, morir es perder la vida, y yo nunca pierdo.

Usando mi lanza, voy con cuidado por el sendero cubierto de niebla, al igual que un ciego. No muy cerca de la zona, observo algo a la lejanía... ¿Un niño?

Quizás la niebla me está haciendo ver cosas, realmente es imposible que un niño esté en las montañas, solo, en este clima frío, ni siquiera parecía llevar un abrigo, solo ropa de calor.