¿Qué hubiera pasado si...?

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—Estás soñando, Ume despierta.

Froté mis ojos para luego abrirlos, estoy en la habitación de la casa ¿De verdad fué un sueño?

—¿Kyojuro?

Estaba sola en la habitación, no había nadie. Me levanté seguido me había colocado una yukata para ver hacia la ventana, la abrí y era de día.

—¿Estás bien?

Voltee, estaba de pie mirando hacia afuera.

—Kyojuro.

Revolvió mi cabello para colocarse a un lado mío, estaba vestido con un kimono que había dejado aquí con anterioridad y lo usaba para estar más cómodo.

—Parece que viste un muerto, Ume.

Lo abracé, escondiendo mi cabeza en su pecho.

—Estás vivo...

—Claro que lo estoy. — tomó mi cara entre sus manos. —¿Estabas teniendo un mal sueño?— asiento. —¿Podrías decírmelo?

Me volví a pegar a él. Si Kyojuro estaba allí significaba que tenía razón y que todo había sido un sueño, un mal y horrible sueño.

—Todo está bien, amor. — limpió mis mejillas.

Suspiré y le conté lo que había sucedido, desde inicio a fin, él solo se limito a guardar silencio mientras hablaba para luego envolverme en sus brazos y murmurar "estoy bien".

Al día siguiente partió por la mañana, el cuervo había aparecido asignándole una misión que debía cumplir lo antes posible, solamente se cambió al uniforme y partió.

Durante las próximas dos semanas me sentía mal, tenía mareos, no podía cumplir con parte de mis tareas por lo cuál me dieron un descanso pensando que era algo pasajero. Mientras tanto llegaban cartas de Kyojuro dónde seguía buscando a un demonio, por como lo describe era el mismo.

—Deberías ir a un doctor, Ume, esto no es normal. — limpio mi rostro con una tela. —Si quieres puedo llamar a una amiga, trabaja dentro del barrio.

Las náuseas tampoco habían tardado en aparecer, por órdenes de la oiran en unos días llegaría una doctora para la revisión, así que por el momento tocaba aunque sea ayudar a maquillar a las chicas, porque de que había que trabajar había que hacerlo.

Por motivos la visita de la doctora se retrasó, en ese mismo tiempo Kyojuro dejó de comunicarse, no había cartas y eso preocupaba, en ese momento no quería alterarme más de lo que ya estaba así que quería pensar que probablemente se encontraba ocupado como para responder.

Pasó una, dos, la doctora hizo su aparición e hizo pruebas de sangre que tardarían en saber su resultado, dieron tres semanas y no había rastros de Kyojuro. Ahora sí estaba alarmada, había pasado poco más de un mes y no tenía conocimiento de cómo estaba, talvez estaba exagerando pero algo me decía que sucedía algo. Intenté buscar información por mi cuenta pero era poco lo que podía hacer contando que no podía salir de allí.

Un día, me encontraba con las chicas viendo algunas cosas para la noche cuando llegó una carta con los resultados de la doctora, para ese entonces había pasado poco más de dos meses desde que supe algo de Kyojuro. Todas estábamos nerviosas y por miedo al resultado una amiga lo abrió primero, su cara daba mil emociones que ninguna decifro, al menos no al inicio.

Estas embarazada.

¿Embarazada? Esa palabra resonaba en mi cabeza, los síntomas se conectaban entre sí. No era la primera vez que estaba involucrada con el tema ya que anteriormente tuvimos dos sustos sobre eso. Una cosa es tener sospechas y ser negadas por doctores y otra distinta es no tener sospechas y ser acertadas por los doctores.

Mientras Se Quiera Se Puede Donde viven las historias. Descúbrelo ahora