Un breve amor

3 1 0
                                    

Capítulo 2:

Estábamos sentados en el patio del hospital ya habían pasado dos semanas desde que nos conocimos; era grande y tranquilo, había juegos para niños y algunos bancos para sentarse aunque usualmente no venía mucha gente o niños.

Mí parte favorita del lugar es donde hay muchas platas, árboles y flores, casi como en un rosedal, se podía ver perfectamente el cielo y también podías correr por encima de las hojas secas que caen en otoño, era el lugar ideal para mí.

- Es bellísimo.- Dije con un brillo en los ojos.

- Si...- El no estaba escuchando, por estar leyendo.

- Si muero, quiero que me entierres acá.- Lo dije con mucha sinceridad y seguridad aunque parezca sarcasmo.

- Tarada, no vas a morir, a parte este es un lugar bellísimo para enterrar a un engendró como vos.- Le golpeé el hombro mientras inflaba los cachetes como enojo.- Enserio es muy lindo este lugar y más para leer mientras tomas un rico café.- Agarró el libro, lo sacudió de un lado al otro de manera delicada como si se fuese a romper mientras extendía una sonrisa.

- ¡Aburrido! Sos muy aburrido.- dije entre risas- ¿Cómo te puede gustar leer? ¡Me da fiaca con solo leer un párrafo.

- No es aburrido engendró, al contrario es divertido.- Tomó un suspiro sin sacar la mira de la lectura- No es aburrido cuando es un buen libro, siempre hay un libro ideal para cada persona y ya lo vas a encontrar solo que tenés que buscarlo.

- Pero no me interesa.- Seguía terca con lo mismo.

- No te interesa porque habrás leído malos libros, ¿Sabés que? Voy a escribir un libro que siento que va a ser ideal para vos y te vas a tragar tus palabras.

- ¡Ja! Buen chiste tarado, no voy a leer un libro y mucho menos que sea tuyo.

- Ya vas a ver... Prometo escribir el libro si vos prometes leerlo.- Extendió su mano y levanto el dedo meñique- ¿Me lo prometes?

-...Te lo prometo.- Haciendo el mismo gesto con mí mano.

Siempre me parecieron estúpidos los libros nunca puede terminar un libro sin que me durmiera o desconsentrara, porque nunca le encontré gracia. Pero por el, que le tome cariño rápido, lo voy a leer completo y sin dormirme, LO PROMETO.

- ¿Que libro es?- Le pregunté sin sacar la mirada al cielo.

- ¿No que no te interesa?- Alzó su mirada para mirar también al cielo- La pregunta de sus ojos de Eduardo Sacheri.

- Género policial y misterio, piola.

- ¿Cómo sabes?- Dijo sorprendido como si hubiera descubierto América.

- Que te importa.- Salí "corriendo" y me pare enfrente de una amaca, no quería amacarme pero tuve que parar porque me dió un fuerte dolor en el abdomen, me senté en la amaca y fingí que estaba bien.- ¡Vení!

Lo veía acercarse a paso lento mí vista se nublaba de a poco pero lo ignoraba.
- Empujame, porfa.- con un sonrisa, hace mucho que no me amacaba.

Ahí estábamos, dos adolescentes jugando en juegos de niños pero viviendo sus últimas experiencias que les quedaba. Sentía la brisa para por mí cara y poco pelo que tenía, veía el cielo cada vez más cerca era una sensación increíble, me sentía como una nena que le compraban el juguete que tanto quería.

Deje de sentir mis piernas al poco tiempo y después mí brazos, mí vista se nublo más al grado de que no veía casi nada, me dio un fuerte dolor de cabeza y lo último que escuche fue grito.

Un breve amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora