Generación Z

Capítulo 1

                               Ada

Me despierto en la mañana debido a qué el sol se cuela por mí ventana y me da en toda la cara.

Agh, otro día más.

Me baño rápidamente para ir al instituto, y me visto con un suéter manga larga de lana, para qué me cubra las muñecas y que no se observen mis cicatrices.

La mayoría de veces debo llevar prendas que cubran mis brazos, no por lo qué digan los demás (eso ha dejado de importarme hace mucho tiempo), sino porque si mí mamá se llega a dar cuenta me va a mandar a un psicólogo y no me agrada mucho esa idea, detesto contarle de mis problemas a los demás y menos si es un completo desconocido además de que se qué me hará la típica pregunta ¿"Por qué quieres acabar con tú vida?", y la verdad no sabría qué responderle, pero más qué todo lo hago para liberar presión de toda la mierda qué me rodea, así qué para evitar eso no debo dejar que mí mamá vea las marcas.   

Voy a la cocina a desayunar y veo un completo desorden, los platos están sucios, hay botellas de licor por todo el mesón y en el suelo, se me empapan los ojos y empuño las manos fuertemente ¡Ay, otra vez no! Cuándo encuentro esto así es porque mamá ha tenido una recaída, hace tiempo qué no la tenía, hace 5 meses tuvo un proceso de rehabilitación y desde entonces no había bebido más, hasta se consiguió un trabajo de cajera en un almacén. Según lo que ella me contó, cuando papá nos abandonó para irse con otra familia cuándo yo tenía aproximadamente 2 años, ella se refugió en el alcohol y dice qué fue el peor error qué ha podido cometer.

Ahora ha recaído de nuevo y me dan unas inmensas ganas de llorar.

— Buen díaaa— entra mamá a la cocina tambaleándose y con una botella de licor en la mano— ¿Qué hay de desayuno? 

Cuánto me duele verla así.

— Apestas a alcohol... ¿Por qué lo hiciste, mamá? ¿Por qué mandaste a la mierda casi 3 meses de rehabilitación?— le reprocho con la vos temblorosa a punto de quebrarse.

— Fué un momento de debilidad, es difícil— dice mientras se acerca y me acaricia la mejilla— Lo siento mucho mí niña, no sabes cuánto.

No puedo.

Agarro mí mochila y salgo apresuadamente de casa, se qué lo mejor es quedarme para acompañar a mí mamá, decirle qué todo estará bien, pero simplemente no puedo, las palabras no salen de mí boca y se qué me pondría a llorar y no quiero hacerlo delante de ella.

Camino rápidamente hasta llegar al instituto. Suena el timbre que da inicio a la primera clase, pero me la salto.

Voy hacia el baño, y ahí dentro me quiebro, ya no aguantaba más, descargo todo lo qué siento, me duele el pecho de tanto llorar, busco en mí bolsillo y saco la cuchilla, alzo mí suéter hasta los codos y empiezo a desahogarme de la forma en la qué sé.

Creo qué después de todo entiendo a mí mamá y este es mí momento de debilidad.

Después de todo...

Cada quién tiene su propia manera de luchar contra sus demonios.

                                   ✿

He aquí el primer capítulo.

Admito qué me ha costado escribir esto, ya qué en un punto se me querían salir las lagrimas, pero pues logré terminar el primer cap.

Recuerden qué aún faltan 2 personas, 2 historias más qué conocer.

Qué les haya gustado este capítulo.

Acepto cualquier opinión qué quieran darme.

Sin más que decirles, hasta luego.

Besos<3