› Deseando ꙳໋͙ Hyunmin ⌕

seis

—Prométeme que no aceptarás a un tipo que te diga eso por su palabra. Nunca dejes que nadie te desnude a menos que seas monógamo y sepas que él está comprometido contigo.

SeungMin asintió. Sería una promesa bastante fácil. Nunca quiso estar con nadie más, pero incluso si él y Hyunjin nunca se juntaran como pareja, nunca permitiría tal cosa sin una base sólida de confianza—. Okey. Lo juro —Hizo una pausa y se lamió los labios con nerviosismo—. ¿Alguna vez has...?

Hyunjin negó con la cabeza—. No.

—¿Pero lo harás? ¿Conmigo?

Hyunjin se volvió hacia él. A la tenue luz del dormitorio, sus ojos eran más dorados verdosos que marrones. Le recordaron a SeungMin la primavera cuando las hojas empezaron a crecer—. Si es lo que quieres.

Él buscó esos ojos, pero no pudo descifrar su expresión. Mirarlos envió su ansiedad de un hervor. ¿Y si no quiere esto? pensó de repente. ¿Y si solo está haciendo esto como un favor? ¿Y si lo ve como una tarea? SeungMin no quería eso. Lo que sea menos eso. No quería que Hyunjin se sintiera obligado.

Incapaz de sostener esos ojos por más tiempo, bajó la mirada a sus manos, que habían comenzado a retorcerse en su regazo en algún momento durante la conversación—. No tenemos que hacer esto, —dijo, e incluso para sus propios oídos su voz sonaba débil. Iba a llorar. Iba a llorar al pensar en aquello en lo que casi había presionado a Hyunjin. Él iba a pensar que era un completo idiota. Pero eso estuvo bien. SeungMin preferiría que lo considerara ridículo antes que mirar atrás en este momento y sentir que lo habían usado—. Si no quieres esto... si no me quieres... entonces podemos simplemente volver a cómo eran las cosas. Puedes fingir que nunca pregunté, ¿de acuerdo? Nunca mencionaré...

Tanto la voz de Hyunjin como el suave agarre en su barbilla hicieron que SeungMin mirara hacia arriba. Volvió la cabeza y se encontró con su mirada, y esos ojos ya no eran ilegibles. Estaban llenos de calor, y verlos hizo que una repentina oleada de lujuria se desplegara en el vientre de SeungMin.

—Te quiero —dijo Hyunjin, y esas dos palabras fueron incluso más calientes que esa mirada—. No lo dudes nunca. —Y luego lo besó.

Una palabra tan simple, beso. Realmente no sonaba tan especial. Y no era lo suficientemente bueno para describir lo que estaba sucediendo entre ellos en ese momento. No, a menos que agregue algunas palabras adicionales, como trascendental o tal vez incluso que altere la vida. Porque, sí, se sentía como si hubiera estado esperando tanto tiempo , y ese beso acababa de cambiar todo su puto mundo.

Los labios de Hwang sobre los suyos eran de alguna manera suaves y firmes a la vez. Su lengua estaba escabulléndose en pequeños sabores, apenas con movimientos que hicieron que SeungMin quisiera gritar de frustración, si podía soportar apartar la boca el tiempo suficiente para hacerlo. Pero no pudo, y finalmente su paciencia se vio recompensada con el lento movimiento de la lengua de Hyunjin sobre la suya.

Eso fue todo lo que hizo falta, ese deslizamiento lento y sensual, para hacerlos estallar como un barril de pólvora. De alguna manera, Hyunjin se había deslizado más hacia atrás en la cama y SeungMin estaba sentado a horcajadas sobre su regazo. Sus bocas se fusionaron, encerradas en un beso desesperado que no mostró signos de terminar.

SeungMin empujó hacia abajo y Hyunjin empujó hacia arriba, y entonces estaban restregándose. Oh, diablos, sí, rechinando, y estaba caliente y frenético y una lista completamente diferente de adjetivos. La mente de SeungMin estaba demasiado empañada por la lujuria para procesar. Todo lo que podía oír en su cabeza era una letanía de más, más, más.

Después de un beso particularmente intenso que hizo que la polla de SeungMin suplicara ser liberada de los confines de sus jeans, Hyunjin se apartó. Kim gimió y trató de capturar su boca de nuevo, pero el otro se rió y negó con la cabeza. Sin embargo, estaba bien, porque por el sonido y la sensación de excitación de Hyunjin, SeungMin sabía que no se estaba riendo de él.