-mira mami ahi esta el monte fuji- señaló detrás de su madre mientras reía ya que jogo había lanzado algo de lava por el descaro de la mocosa
-¿monte fuji?- agarro a la pequeña mientras le acariciaba la cabeza -el monte fuji no esta aqui-
-si mami, esta ahí tiene solo un ojo y una capa color verde-
La mamá solamente rió mientras elogiaba a su hija de la gran imaginación que tenía, cosa que hizo entristecer a la pequeña ya que ella decía la verdad, pero parecía que su mamá no podía verlo
-regresa con cuidado-
-gracias maestra-
No pasaban muy seguido las veces en las que debía regresar sola a casa y esta vez fue una de esas, se preparo y salio de su escuela para empezar a caminar a su casa ya que no estaba tan lejos. En el camino se detuvo en la entrada de un parque ya que había vuelto a ver a jogo, al ser solo un infante no pensaba en el peligro de las cosas y se acercó a la maldición
-eres el monte fuji ¿verdad?- tiro de su capa llamando la atención de la entidad
-como te atreves a tocarme- alzó a la niña solo de su pequeño brazo y esta comenzó a reír ante la mirada enojada de la maldición -no soy el monte fuji-
La sacudió un poco y se sorprendía como es que ella parecía no asustarse, así que al acostumbrarse a su risa solamente siguió meciendola en el aire. Lo único bueno es que no pasaba nadie en esos momentos si no verían solo a una niña levitar por si sola
-señor me puede bajar, necesito llegar a mi casa-
Fue muy dócil y dejó ir a la pequeña mientras veía como se despedía con su mano desde la entrada. H
abía olvidado que las únicas almas puras eran la de los infantes aunque habían excepciones la mayoría era así.
-hoy vi al monte fuji mami-
Su mamá estaba completamente segura de que ese tal monte fuji era un amigo imaginario, no se preocupaba sabia que en algún momento debería dejar de verlo. Al ser solo una niña se encariño con ella, cosa que jamás le había pasado, ella solía dejarle algo en la ventana y al día siguiente preguntarle a la maldición si lo comió todo, básicamente eran amigos y el ente sabia que en algún momento terminaría, pues crecería y su corazón dejaría de ser puro.
-que es esto-
Se encontraba limpiando su cuarto y encontró un dibujo, se detuvo a verlo y comenzó a reír, en el dibujo estaba ella agarrando la mano de una criatura parecida a un volcán, recordó la historia que le contaba su madre a cerca de que tenía un amigo imaginario cuando era pequeña, suspiro y guardo el dibujo.
-que loca estaba-
A pesar de que se dijo eso vio su ventana abrirse, tal y como se supone que lo hacía su amigo imaginario, la acción la hizo reír y a la maldición también, aunque ella no pudiera verlo.
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