[5] v e i n t e

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Inclinó la cabeza hacia atrás y dejó escapar un fuerte suspiro.

-Joder, lo hice. Lo siento-.

Ella no entendía por qué él no se estaba volviendo loco. -Katsuki—

-Sin embargo, el desorden realmente no es tan malo, dijo. -Ayudaré a limpiar y podemos usar condones la próxima vez-.

Ochako lo miró fijamente. –Katsuki, las chicas pueden embarazarse

Voló sobre sus pies. -¿Por qué no dijiste nada antes?- él grito.

-¿Olvidaste la biología humana básica?- ella gritó. -¿Qué te pasa?

-¡Nunca he tenido que pensar en eso antes!- Se tiró del pelo. -¿Y qué hay de ti? Jodidamente rogándome—

-¡Lo sé!

-Lo sé.- Se incorporó y se sostuvo la cara. -Ambos tenemos la culpa aquí. Simplemente... quedamos realmente atrapados... -Estoy arreglando esto- la interrumpió en un movimiento frenético. En menos de diez segundos había reunido todas sus cosas y estaba tropezando con sus zapatos. -Estoy jodidamente arreglando esto.

Ella solo lo miró mientras tropezaba con el cordón de su zapato para llegar a la puerta. Él se detuvo ante él, empujando su dedo índice hacia ella. -No te muevas, ya vuelvo—

-No me quedaré aquí-, dijo rotundamente. -¡Necesito una ducha y... y una maldita siesta, de verdad!

-Bien-, espetó. -Entonces te veré en tu habitación en una hora-.

-Adónde vas-

-A una maldita farmacia, ¿dónde más?- el grito. .-Conseguire una maldita pastilla—Sigue golpeando tu estómago mientras estoy fuera—

-Katsuki, no funciona así.

-Bueno, ¡aparentemente no lo sabría!

Dios, esto era tan estresante. -¿Cuánto tengo que deberte, entonces?

Él la miró por un momento antes de soltar una carcajada histérica. -Está en la casa, para compensar la peor primera vez en la historia de las primeras veces.

Se frotó el ojo. -Dudo que sea lo peor/—

-Ochako.

-¡Estoy tratando de pensar en los aspectos positivos aquí!-

-Será mejor que no haya ningún maldito positivo aquí-, advirtió. -Negativos. Necesitamos /negativos./

-Katsuki-

-Todo lo que esté engendrando antes de los 27 años será un parásito horrible que no puede ver la luz del día, Ochako.

-¿Por qué a los 27?

-Tengo planes

Ochako tardó unos minutos más en levantarse del suelo y reorientar su ropa. Luego pasó un momento asegurándose de que todo estuviera bien limpio antes de volver cojeando a su bolsa de gimnasia. No estaba del todo segura de que la última media hora realmente hubiera sucedido.

Se sentía un poco demasiado tranquila por todo el calvario. Tal vez Katsuki estaba lo suficientemente asustado por los dos. Tal vez... había estado demasiado entusiasmada durante el combate. Se le escapó una risita.

Y luego otro. -¿Que demonios fue eso?- susurró para sí misma.

Ella negó con la cabeza y levantó su bolso sobre su hombro, incapaz de detener las risitas histéricas que seguían burbujeando. Supuso que así era como estaba manejando el estrés. Su estado de ánimo se derrumbó mientras se dirigía a los dormitorios. Eso... fue realmente estúpido, incluso para ellos.

Sabía que Katsuki se culparía a sí mismo, pero necesitaba hablar consigo misma sobre la facilidad con la que se deja atrapar por el momento. Ella fue quien lo instigó, no él. Un pensamiento aún peor surgió. ¿Y si no quería verla después de esto? ¿Podría ella culparlo?

Se frotó el cuerpo en carne viva en la ducha y luego se sentó nerviosamente al borde de la cama, esperando a que él regresara. Ochako miró el reloj y se le escapó otra risita histérica. Ni siquiera era la 1:30 p. m.

Estaba exhausta. Ni siquiera saltó cuando Katsuki apareció como un hombre con una misión de Dios. Ni siquiera se detuvo antes de lanzarle una pequeña caja y una botella de agua, cerrando la puerta de una patada detrás de él. Se paró delante, sudando con el pecho agitado. -Toma eso.

-No tienes que decírmelo dos veces-, murmuró antes de tragar la pastilla. Katsuki se hundió visiblemente cuando la vio tomarlo. -Gracias a Dios-. Dios, se veía agotado. Su vida probablemente pasó ante su vida al menos ocho veces antes de llegar aquí.

Ochako forzó una sonrisa en su rostro mientras señalaba su boca vacía. -¿Ves? Todo se ha ido. Estamos bien.- Él asintió con fuerza, incapaz de mirarla a los ojos. Había un silencio incómodo entre ellos. Katsuki parecía que no sabía dónde pararse. Ella lo odiaba.

Ochako palmeó suavemente su lugar en la cama junto a ella. –Sientate- Parecía inseguro. -¿Quieres que yo?

-¿Por qué no lo haría?- Katsuki dejó escapar un suspiro y se frotó la nuca.

-Casi arruino todo. Fui tan malditamente estúpido-

-Ambos fuimos estúpidos-, dijo en voz baja. -Nosotros dos

Estaba tranquilo de nuevo. Parecía estar luchando con algo en su cabeza. Reunió valor para hablar de nuevo. -Katsuki—

-No me odies-, espetó. Ella parpadeó, desconcertada.

-¿Qué?

-Lo sé, eso probablemente fue traumatizante, y no quieres volver a hablarme.

-Lo cual está bien-, dijo.

-Lo entiendo, realmente. yo solo... Eligió sus siguientes palabras con cuidado.

-No quiero ser la razón por la que no puedas disfrutar de algo por el resto de tu vida.- La garganta de Ochako se tensó cuando lo tomó.

Jugueteó con el dobladillo de su camisa, las emociones de repente se sintieron por todas partes. -No te odiaré si tú no me odias-, respondió ella.

-Porque yo... también me siento muy mal, y tampoco quiero que estés traumatizado-.

Katsuki la miró fijamente, con los ojos muy abiertos. -Oh.

-Sí.

Experiment//KacchakoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora