Sia... [Libro #1] [Saga bebé] +18✔

Capítulo XXIII: Revelations (Part II)

Una lágrima desciende por mi mejilla al darme cuenta de que nadie contradice a mi hermana. ¿Acaso esa pequeña niña es hija de ambos? ¿Cómo es posible que yo tenga una sobrina y no lo sepa? Mi hermana parece tan confundida como yo al darse cuenta de que la niña no conoce ni a Elijah ni a mí.

—¿Y bien? ¿Cuánto tiempo nos va a tomar esto? —Cuestiono, mi mamá deja de ver a su nieta para verme a mí y luego a Elijah.

—Tienes la extraña manía de querer mezclar tu sangre con la de mi familia, así que, esa explicación que está exigiendo Sia, te corresponde a ti. —masculla algo molesta, luego de decir aquello, nos ignora por completo a Elijah y a mí para sonreírle con dulzura a la niña de pelo azabache.

¿Cuándo me ha mirado así la talentosa Lauren White? Ni siquiera cuando era pequeña recibía miradas de ese tipo de su parte. Recuerdo que una vez me caí de la bicicleta y solo recibí gritos de su parte. Cuando me ocurrió "aquello" volvió a gritar, asegurándome que era mi culpa. En pocas palabras, nunca he podido contar con ella.

—Sia, tenemos que hablar. —me dice Elijah sacándome de mis pensamientos. Sus ojos negros y los míos azules conectan, en algún momento llegué a temblar con solo recibir esa mirada. Por favor, Dios mío, que todo sea un malentendido.

Salgo de la habitación de mi hermana con la promesa de que volveré más tarde, ella asiente. Pedirle explicaciones a ella, sería inútil. Camino al lado de Elijah hasta que llegamos a la cafetería, tomamos asiento y él pide un café.

—¿Vas a hablar? Porque como bien sabes, entre mis cualidades, no tengo la capacidad de leer mentes. —comento con ironía y él asiente, lleva la taza de café a sus labios, para después relamerlos. ¡Maldito! Una y mil veces, ¿por qué? ¿Por qué? ¿Por qué? ¡¿Por qué?! El aire me falta y el pecho me duele, aun así, me mantengo firme, porque quiero escuchar lo que él tiene que decirme.

—Es una larga historia. —es lo primero que dice y observo mi muñeca como si llevara un reloj en ella.

—¡Qué bueno que tengo tiempo! —exclamo más alto de lo que debería, consiguiendo que varios de los presentes nos observen.

—Hace más de cinco años, conocí a una mujer que me dejó completamente hechizado desde que la vi. No sabía si tendría alguna oportunidad, pero tenía claro que debía conocerla; al hacerlo, esa fascinación que sentí por ella, se convirtió en algo más profundo y especial. Ella no es solamente hermosa, sino que también inteligente, risueña, alegre. No habían días malos si la tenía a mi lado, porque sin importar lo mal que yo me sintiera, ella era capaz de hacerme sonreír... —la nostalgia en su voz me dejan claro que los sentimientos todavía siguen ahí. Limpio una lágrima traicionera, me acomodo en el asiento.

—Continúa.—lo animo cuando parece perdido en sus recuerdos.

—Sabía que no volvería a sentir algo así de intenso por alguien más en toda mi vida. La amaba tanto que de solo pensar que podía perderla, me hacía perder la cabeza. Así que decidí pedirle que fuera mi novia, y al escuchar ese "sí" salir de sus labios, fui el hombre más feliz del mundo.

<<<Fueron meses intensos, meses en los que hacíamos el amor en cualquier lugar, no solo el amor nos unía, sino también esa pasión y deseo que no creo haber experimentado antes de conocerla. Pero...

Se deteniene unos segundos como si hablar de "ella" le doliera. ¿Así me veré cuando hable de él en varios meses? Soy tan patética que doy risa. Sonrío de miedo lado y él decide continuar después de soltar un largo suspiro.

—El segundo día más feliz de mi vida, fue cuando ella me dijo con ojos llorosos que seríamos papás. Tenía miedo, muchísimo he de agregar; sin embargo, sería fuerte por ella, porque la amaba y amaba lo que habíamos creado juntos. Por nueve meses esperé a mi hijo o hija con muchísima alegría, no tienes idea de la ilusión que tenía. Pasó un año entero y al sostenerla en mis brazos, cambiarle el pañal, ver sus hermosos ojitos mirarme no me cabía duda alguna. Su madre y ella, serían todo para mí.