Protect You [JAYWON]

C I N C O

"Espíritu guíame donde mi confianza no tiene fronteras, déjame caminar sobre las aguas, donde sea que me llames"

Jungwon aún mira la televisión y está enganchado en un programa con el que se topó. Justo cuando está llegando la mejor parte, escucha el tintineo de llaves en la puerta.

Los ojos de Jungwon se agrandan y se transforma con rapidez a su forma de gato justo cuando Jay entra a la casa con la cabeza baja.

"¡Wonie, estoy en casa!" grita Jay.

Jay escucha ruido en la sala de estar y frunce las cejas en confusión. Ve que la televisión está prendida. No recuerda haberla dejado prendida o haberla prendido para nada.

Jay mira al sillón y encuentra a Wonie sentado ahí viendo hacia el pelinegro con ojos inocentes.

"¿Tú prendiste la televisión, Wonie?" pregunta Jay al gato, sabiendo que, obviamente, no iba a obtener una respuesta.

Todo lo que obtiene de vuelta es un maullido del felino sentado en el sillón. Suspira y ve que la televisión está pasando algún tipo de drama.

Encogiéndose de hombros, Jay camina a la pequeña cocina para tomar un refrigerio para comer por el día. Jay estuvo esperando para comer su preciado maíz, que estuvo guardando por algunos días.

Jungwon ve a Jay mientras él alcanza la nevera y la abre con una sonrisa en su rostro. Pronto, Jungwon ve a Jay buscar por el refrigerador incluso más profundamente en la parte trasera, confundiendo al menor.

Jay finalmente saca la cabeza de la nevera con una cara nerviosa y con un toque de confusión.

"¡Juro que lo dejé aquí!" escucha Jungwon gritar en un susurro a Jay.

Jungwon se arma de corage para dejar el sillón y camina hacia Jay para ver qué es lo que está mal.

"¡Sé que dejé mi maíz aquí!" exclama Jay cavando aún más en la nevera.

Los ojos de Jungwon se agrandan. Recuerda vagamente haber comido maíz ayer, después de que el chico azabache haya ido a la cama. Jungwon siente la culpabilidad comenzar a formarse en la boca de su estómago.

Jay sigue buscando por la pieza de maíz que había dejado en la nevera. Jura que no la había comido. Él recuerda cuando la compró, pero no sentía que debía comerla aquel día, así que la guardó en la nevera para cuando sea que la quisiese comerla.

Cierra el refrigerador con un gran suspiro y apoya la cabeza en la puerta mientras cierra sus ojos.

Jay piensa y piensa cuándo es que él comió esa pieza de maíz y no puede recordar nada. Él jura no habérsela comido.

Jungwon permanece sentado allí, mirando al chico desconocido, y decide tratar de consolarlo por accidentalmente haber comido su comida. Tal vez.

Empuja la pierna del pelinegro y pone una pata en su zapato.

Jay mira hacia el felino que tiene la patita en su zapato viendo su  angustia. Suspira y se agacha para mirar directamente al felino.

"No sé cómo es que mi maíz, que he estado guardando por días, no está, Wonie" afirma Jay.

"¿Cómo es posible que desaparezca?" pregunta Jay, ahora acariciando la cabeza del gatito, haciendo que Jungwon se sonroje un poco.

'Lo siento por haberme comido tu comida' Trata de decir Jungwon, pero sólo maullidos logran salir de su boca.

Jay mira al gato y piensa durante un minuto.

'¿Está tratando de comunicarse conmigo?' piensa Jay.

Jay trata lentamente de reconstruir con lo que sabe y llega a una conclusión loca que parece irreal.

"Wonie, ¿Es que posiblemente tú te has comido el maíz que he estado guardando por algunos días?" pregunta Jay

Jungwon comienza a sentirse nervioso y acalorado.

'Sí' dice Jungwon, pero solo un sale un maullido.

Jay se sienta allí desconcertado. Cuestionándose todas las posibilidades de cómo es que su gato, Wonie, comió su maíz. Simplemente no tenía sentido.

Jay suspira y acaricia la pequeña cabeza de Jungwon, sonriendo.

"Está bien, compraré uno nuevo en otro momento" dice Jay parándose y yendo hacia su cuarto a hacer tarea.

Jungwon espera hasta que Jay sale de la cocina para dejar salir un suspiro que no sabía que estaba conteniendo.

Decide seguir al chico, del cual sigue sin saber el nombre, a su cuarto para ver qué es lo que iba a hacer.

Ve al chico pelinegro sentado en una silla escribiendo algo. Rápidamente salta a la cama, sin que él lo note, y lo mira escribir.

Observa cómo es que el chico azabache frunce el ceño cuando no sabe qué escribir y cómo muerde sus labios cuando se atasca en una pregunta. Era atractivo a los ojos de Jungwon. Pero Jungwon sabía que, incluso si  desarrollaba sentimientos por el mayor, él no querría estar con un híbrido.

Ni siquiera se dio cuenta de que estaba mirando a Jay hasta que oyó su voz llamándolo.

"Ven aquí" Jay dice, palmeando su regazo.

De manera hesitante, Jungwon se acerca al pelinegro. Salta hacia su regazo y se acomoda.

Jay deja salir una sonrisa y comienza a acariciar al anaranjado y suave pelaje del felino. Un ronroneo que es emitido por el gatito mientras lo hace.

Continúa haciendo su tarea mientras el pequeño animal se duerme en sus brazos, gracias a las caricias del pelinegro.

Finalmente terminando su tarea, Jay coloca su trabajo de vuelta en su mochila y la deja de lado.

Mira hacia su regazo para encontrar al felino profundamente dormido. Sonríe de manera genuina y, con mucho cuidado, lo mueve a su cama para luego ir a tomar una ducha rápida.

Después de tomar una rápida y caliente ducha, Jay se viste en sus pijamas, que consisten en él estando solo en pantalones. Obviamente, él tiene puesta su ropa interior.

Se mete a la cama con cuidado para no despertar a Wonie.

Él deja que su cabeza toque la cama mientras se queda dormido lentamente. Antes de que se duerma por completo, siente al suave gatito acurrucarse junto a él, haciendo a Jay sonreír levemente.

Jay se siente agradecido de haber encontrado al gatito. Es una nueva adición a su vida solitaria.

¡Gracias por leer!