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ೃೀ  𝐟𝐨𝐭𝐨𝐬 𝐲 𝐫𝐞𝐭𝐫𝐚𝐭𝐨𝐬 ೃೀ

Sábado, un día soleado y hermoso y él junto a su madre conversaban en la mesa de comedor mientras intercambiaban experiencias

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Sábado, un día soleado y hermoso y él junto a su madre conversaban en la mesa de comedor mientras intercambiaban experiencias. Está era uno de esos días, dónde su madre venía a visitarlo desde temprano.

En la mañana se la habían pasado horneado, deliciosos postres que Chan y Changbin disfrutaron comer. Ahora, ya era pasado el almuerzo y la tarde estaba en su mejor punto.

Chan y Changbin estaban en la sala, trabajando en sus letras, desde la mesa, Jisung podía verlos y sabía que se había metido en problemas una vez más.

Hace algunas semanas había encontrado un nostálgico álbum de fotos donde los pequeños Chan y Changbin estaba plasmados en sus días de niñez, ¿Su error? Mostrárselas su madre.

La mujer reía en alegría al ver a los pequeños Chan y Bin en las fotos, la situación empeoró cuando llegaron a esas fotos vergonzosas dónde estaba tomando un baño juntos, desnudos.

Para la madre, esto era muy tierno, para Jisung significaba que hoy su pobre trasero sufriría una vez más. Mientras su madre seguía disfrutando de las fotos, desde la sala ambos lo miraban con fuego en sus ojos al haberlos expuesto ante su madre.

Ambos mayores disimulaban muy bien el enojo, solo pareciendo demasiado concentrados en su trabajo, pero Jisung sabía sentirlo.

—Sunggie, mira la hora. —Habló su madre devolviéndole el álbum. —Debo regresar a casa, hay tantas cosas que aún debo hacer.

—¿Ah, sí? —Contesto nervioso.

—Sí, pequeño. —Habló mientras tomaba. —Te visitaré luego otro día, hijo.

Jisung asintió, pero por dentro estaba temblando, la mujer recogió sus cosas y camino fuera del comedor parando frente a los mayores.

—Adiós chicos, cuiden bien de mi Jisunggie. —Se despidió.

Ambos sacaron la mirada de las computadoras y solo sonrieron a la amable señora.

—Claro suegra, lo haremos. —Sonrió Chan.

—Déjeme abrir la puerta para usted, suegra. —Se levantó Changbin, encaminando la hasta la entrada. —Tenga un viaje seguro a casa, nos vemos.

Jisung vio a su madre irse así que en sigilo se fue de la sala para refugiarse en la habitación.

—Han Jisung. —Habló Bangchan.

Este se detuvo de en seco al escuchar su nombre de la molesta voz de Bangchan y solo maldijo bajo.

—¿A dónde crees que vas? —Le llamó Changbin.

Jisung por fin se dio la vuelta, mirando a ambos chicos que mantenían un semblante duro y poco flexible ante él. Desde ya podía sentir todo el peso de sus actos torturándolo.

¡c'mon b!tch!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora