Los Otros

Cuando Sofia se fue, y por varias horas más, reflexioné mucho en los detalles de la regresión hipnótica sobre toda la trama barata que nos enseñó Freud y el poder del subconsciente. Reflexionar es una acción omnipresente en mi y más luego de varias copas de whisky y par de caladas de una buena hierba sembradas en mi propio patio trasero.Muy pocos de los  que emergieran de una hora de terapia, incluso de las bien llamadas «normales», escapaban a mi obsesivo análisis mental, y esa sesión difícilmente podía considerarse «normal».Por añadidura, era muy escéptico con respecto a la vida después de la muerte,la reencarnación, las experiencias de abandono del cuerpo y los fenómenos de ese tipo, aún cuando crecí en un barrio de Judíos en New York, esas cosas siempre fueron para mí , la toma certera de la mente por enfermedades que tanto había estudiado en todos mis años de universidad médica. Después de todo, según pensaba la parte lógica de mi persona, eso podía ser fantasía de Sofía o quizás algo más. En realidad, me sería imposible demostrar la veracidad de sus aseveraciones o visualizaciones , pasaría más trabajo tratando de demostrar sus ideas descabelladas a establecer un diagnóstico sobre su supuesta enfermedad , al final yo era el único Galeno en toda la ciudad que se interesaba por esas personas con cierto de desequilibrio mental y emocional cómo se le decía por aquella época . Pero yo también tenía conciencia, aunque mucho más difusa, de un pensamiento menos emocional. «Mantén la mente abierta —me decía ese pensamiento—, la verdadera ciencia comienza por la observación , la analítica y el sentido común sobre razonamiento médico y lógico.» Sus «recuerdos»podían no ser fantasías ni imaginación. Podía haber algo más de lo que estaba a la vista... o al alcance de cualquier otro sentido. «Mantén la mente abierta. Consigue más datos.» Otro pensamiento me importunaba. Sofía ,tan propensa a temores y ansiedades desde siempre, ¿no tendría demasiado miedo de volver a someterse a la hipnosis? Resolví no llamarla. Que ella también digiriera la experiencia. Esperaría a la semana siguiente.Pero Sofía nunca regresó , la encontraron muerta la noche siguiente en la cocina de su apartamento , rodeada por sus gatos que acariciaban sus piernas que colgaban bailando sin chocar el pulimentado suelo del edificio.