Noche Inmoral

Parte Única

Advertencia: Xie Lian top.

Pedido hecha por: @elcabellodemikasa elcabellodemikasa

Perdón el retraso, tuve que volver a leer la novela porque no recordaba casi nada y no quería quedaran OOC😅, además que necesitaba recordar cómo era la narración para se viera bien.

Y si no les gusta a otros lectores estos roles en la pareja... ¡¿Pues qué hacen aquí?! ¡Shu shu!

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Esta vez sólo tomó un instante llegar a los brazos del otro.

—¡Sang Lang, no vuelvas a irte! ¡Yo...! No podría volver a soportar verte así...– Xie Lian ocultó su cara en el pecho del rey fantasma, dejando fluir las lágrimas por su rostro.

Juró en cuanto lo viera, no borraría la sonrisa de su cara, le daría el más afable trato, a su fiel creyente, y ahora compañero de por vida. Pero no podía hacer nada para detener sus brazos aferrándose con desesperación al de rojo, y tampoco sus abrumadoras emociones.

—Me disculpo, gege– Hua Cheng besó dulcemente la coronilla del príncipe, con remordimiento– No volveré a irme.

—¿Lo prometes?– Xie Lian alzó su barbilla, encarando al rey fantasma.

—Como que soy su eterno creyente.

El mayor frotó sus ojos acuosos, sonriendo de forma temblorosa por el llanto previo. Ahora podía estar seguro estarían juntos para siempre, hasta que la tierra envejezca y los siglos sigan pasando.

—Fantasma tonto– Dijo, abrazando el cuello de su Hua Cheng. Y sin perder más tiempo, acarició los labios contrarios con los suyos, impulsivamente.

Al fin, volvieron a sentir sus corazones enamorados bombeando a la misma velocidad desenfrenada, y la calidez de los labios contrarios. A pesar que Hua Cheng era un fantasma sin temperatura, Xie Lian de todos modos pudo hallar en él la tierna pasión que extrañó de sus besos. Le correspondió del mismo modo. Tiró de la túnica carmesí, necesitando más cercanía, y los dos pares de manos comenzaron a enredarse en los cabellos ajenos, saboreando sin clemencia la boca contraria.

No parecía Hua Cheng quisiera separarse en absoluto, sosteniendo con una mano la barbilla del príncipe mientras seguía acariciando los lacios cabellos del príncipe. Pero a diferencia del rey fantasma, Xie Lian necesitaba respirar.

Se separó, jadeando pesadamente para recuperar el aire perdido.

Sólo entonces se dió cuenta del intenso calor que había en su cara y estómago bajo, además de las cabelleras desaliñadas. ¡En pocas palabras, eran un desastre, y si alguien estuviera cerca podría adivinar lo que pasó!

—¿Qué ocurre, Alteza? Este humilde está para complacer todos sus deseos– Comentó el de rojo, regalando una sonrisa tan encantadora, que al príncipe le dolió siquiera pensar en el claro significado oculto de esas frases.

Xie Lian no sabía si reír o llorar, creyendo debía ser bien desvergonzado para entender otro sentido en esa frase derrochando devoción y cariño.

—Ah... Sang Lang– Alzó la vista, observando las linternas ascendiendo en el cielo.

El de rojo entrelazó sus dedos con los del príncipe, pero a diferencia del otro, él sólo miraba el rostro enternecido, cubierto de un hermoso sonrojo. La luz del astro lunar, combinado con el brillo de las linternas, no se podían comparar a la belleza y resplandor que poseía Xie Lian, sonriendo mientras disfrutaba enormemente volver a estar juntos en una hermosa escena.