La hora favorita del pequeño rizado era la hora de dormir, el amaba poder acurrucarse mientras su madre le contaba una vieja leyenda, una dónde se hablaba de unas bonitas criaturas caídas del cielo, no lograba entender muy bien aquella leyenda de la que su madre le contaba, pero amaba poder imaginar que algún día el podría conocer a alguna de ellas.
Harry: “mami ¿Pero que son esas criaturas?” la miraba con asombro, a pesar de las tantas veces que había escuchado ya aquella historia
Anna: “veras cariño muchas de las personas que llegaron a verlas decían que eran realmente bonitas, que generaban paz a todo aquel que estuviera cerca, se dice que eran alegres, gentiles y con grandes cualidades de las que se desconoce un poco, pero muchos otros dicen que si las tratas mal pueden llegar a ser muy crueles”
Harry: “Mami crees que aún existen” sus ojitos brillaban con anhelo
Anna: “dicen que solo se aparecen a alfas dignos cariño, unos que tengan el corazón puro y noble, pero hace tiempo que no se sabe nada de aquellos seres” su madre se paró de su cama
Harry: “mami, ¿Crees que algún día yo pueda conocer a una de esas criaturas?” los ojos esmeraldas del pequeño rizado brillaban con ilusión ante aquella idea.
Anna: “o mi pequeño bebé, claro que sí cariño, pero por el momento debes dormir” dejo un beso suave sobre su frente, caminando hacia la puerta.
Irlanda “SIGLO XVIII”
La primera vez que se vieron a aquellas criaturas, fue en un pequeño pueblo a las afueras de Irlanda, el pueblo era muy pequeño, contaba con unos frondosos árboles, un enorme rio lleno de unos bonitos peces dorados, el sol se reflejaba sobre aquel rio, a lo lejos se podían escuchar las risas de los niños corriendo a los alrededores, el sol empezaba a ocultarse soltando un fuerte viento, el cielo empezaba a formar unas grandes nubes grises, en el centro de estás se formaban unos relámpagos, la lluvia no se hizo esperar, se podía escuchar como los relámpagos caían no muy lejos de aquel pueblo, se escuchó un gran estruendo cuando cayó un rayo sobre un viejo granero en el centro de aquel pueblo, las personas corrían para poder controlar el pequeño incendio que se había formado en el granero, de un momento a otro todo cesó, aún llovía pero era muy liguero, el viento se hizo suave, las nubes grises empezaron a calmar aquellos relámpagos que aún iluminaban el cielo.
Dentro del granero se escucha un llanto lastimero, provocando que el instinto de los Alfas despertara he intentarán ir tras ese llamado, los Alfas se pusieron al frente del granero, tomando antorchas, trinches, cualquier cosa que les fuera de utilidad para intentar proteger a su pueblo.
Thimoti: “no sabemos que es lo que se encuentra dentro, pongan en un lugar seguro a las mujeres y niños, los demás vengan conmigo” thimoti era un señor algo canoso de aspecto aburrido y algo testarudo, sin embargo siempre intentaba mantener en orden la tranquilidad de aquel pueblo digno de ser un Beta
Max: “iré yo, soy más joven y no tengo nada que perder” max era alto, de pelo negro como la noche, su mirada era suave pero firme de un color amarillento con motas de color café.
Thimoti: “no seas tonto niño, no estás listo para algo como esto, iré yo por seguridad de todos” el señor se acercó con cautela hacia la puerta del granero cargando consigo un trinche con tres puntiagudas puntas
Abrieron lentamente la puerta intentando hacer el menor ruido posible, cada vez se escuchaba más el llanto, desesperando a todo aquel que estuviera cerca, cuando la puerta estuvo totalmente abierta no había nada a la vista más que montones de paja en forma de cubos, sacos de arena y algunos con maíz, cerca de una de las paredes de madera se encontraba un tractor descompuesto a su costado se veía un bulto moverse, max se acercó un poco más con una antorcha para alumbrar mejor hacia aquel bulto, la luz que reflejaba de la antorcha alumbro un cuerpo con aspecto pálido de complexión delgada, no se lograba ver su rostro que tenía enterrado entre sus rodillas.
ESTÁS LEYENDO
¿Los omegas son ángeles?
FanfictionHace mucho tiempo atrás se contaba una vieja historia, una dónde se decía que cada cierto tiempo el cielo escogía a solo 3 pequeños omegas, eran mandados solo a aquellos alfas que tuvieran un corazón puro y noble, pero claro no era así de fácil, ya...