"Amor prohibido" //katsuDeku//Omegaverse//One-Short

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Hace mucho tiempo, en un reino lejano, existía un príncipe con una belleza sin igual, sus ojos eran igual que dos esmeraldas, su cabello tan verdoso como los arboles y sedoso como la misma seda, su piel blanca y suave era bañada de pecas, de las cuales ocho de ellas adornaban su bello rostro, sin olvidar que gracias a ser omega su cuerpo era de envidiar.

Su nombre era Izuku, Izuku Midoriya hijo de uno de los reyes mas ricos y respetados del continente, también era el próximo para reclamar el trono, junto a su pareja, la cual no tenia ningún interés, pues el no podría opinar sobre ello.

No lejos del castillo, existía una humilde morada, donde vivía un joven alfa de cabellera ceniza tan rebelde como su dueño, ojos iguales a un rubí y afilados como una espada, su físico era de envidiar por algunos alfas, pues era musculoso pero también delicado un perfecto equilibrio para un chico de su edad, su nombre Katsuki Bakugo le quedaba como anillo al dedo a su ser.

Sus padres eran conocidos en el pueblo, ya que su madre era costurera y su padre zapatero Vivian con sencillez con sus tres hijos, mas el tiempo paso y sus padres envejecían y las enfermedades estaban al asecho, haciendo que las necesidad crecieran, cosa que su actual trabajo no abarcaba, haciendo que buscara una nueva fuente de ingresos que pudiera surtir todos los gastos de su familia. Por suerte en esas épocas de invierno el castillo siempre buscaba vacantes para soldados o guardias reales.

No fue le fue difícil entrar al cenizo, gracias a su buen estado físico, lo cual hizo que las pruebas se le facilitaran, tubo que pasar por diferentes pruebas para demostrar lo perfecto que era para el trabajo, dejando a sus maestros satisfechos por su desempeño y que en menos de dos meses el cenizo ya se viera estrenando su uniforme, el cual le quedaba a la perfección.

Dándole un puesto muy fácil y envidiado para la mayoría, ya que constaba de resguardar la habitación real del príncipe Izuku, mas tenía prohibido conversar con el, no le dio mucha importancia a esa regla, pues el no tenia un carácter muy amigable con desconocidos y además esa no era la razón por la que estaba hay.

Mas una tarde, inesperadamente esa regla se rompió

Escucho como la puerta era abierta suavemente, haciendo que se pusiera alerta y volteara rápidamente, hacia la persona que osaba desafiarlo mas lo único que encontró fue a un chico de cabellos verdes, de igual color que sus ojos, era el tesoro que resguardaba, el príncipe Izuku era la persona que se asomaba por la puerta.  

-Hola, tu eres mi guardia, ¿verdad?-pregunto el chico peliverde, de adorable y lindo rostro.

Flechado por lo que veían sus ojos, tardo en responder, quedado con una cara de sorpresa la cual causo gracia al peliverde y rio por lo bajo, el príncipe sabia que el joven tenía prohibido hablarle, mas en su inocente mente eso parecía un gran acto de rebeldía lo cual le gustaba, además quería conocer a la persona que lo cuidaría y también era su oportunidad de convivir con alguien que no sea de la realeza.

Y desde ese día una fuerte amistad se forjo entre ellos dos, aunque a veces era difícil hablar entre ellos, las vida a veces les ayudaba. Le agradaba hablar con ese chico, pues este siempre le contaba sobre su familia que aunque no tenía mucho eran felices, disfrutando de pequeños momento y aventuras que vivía con ellos, también le contaba de como era el mundo exterior ya que el otro al ser de la realeza no le era permitido salir mucho.

El peliverde también hablaba un poco sobre su vida, mas no le parecía tan interesante como la del cenizo, pues su vida se basaba en estar solo en ese castillo y ser atendido por la servidumbre, a veces se desahogaba con el, sobre lo asfixiante que a veces era vivir hay, pues tenía todo, dinero, joyas, fama y a sus padres, mas sentía que no tenia nada ya que todo eso era material y sus padres casi no la veía, haciéndole falta el amor de una familia y escuchar como el otro describía su familia a veces lo así sentir peor.