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Al regresar de la isla de Jeju, el padre de Chan ya los esperaba en las afueras del aeropuerto y los llevaría a sus casas

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Al regresar de la isla de Jeju, el padre de Chan ya los esperaba en las afueras del aeropuerto y los llevaría a sus casas.

La casa de Hwang parecía vacía, como si nadie hubiera vivido ahí desde hace tiempo, lo relaciono con que sus padres se habían ido de vacaciones y todavía no regresaban.

Felix estaba parado a su lado, podía notar la pequeña mueca de tristeza que se asomaba en el rostro contrario. Sabía que Hyunjin esperaba a sus papás.

Pareció buscar la mirada de su pareja, pero estaba perdida en el suelo de la sala, le tocó el hombro para llamar su atención. Y lo logró.

— Ven, vamos a mi casa— le acarició el dorso de la mano.

Hwang asintió, no sin antes sacar las cosas de su maleta y ponerlas en donde correspondía. No agarró ropa, en la casa de Lee tenía algunas prendas.

Salieron de la casa agarrados de las manos, el pecoso esperaba que por lo menos su hermana estuviera en su casa.

Pero no le importaría que estuviera solo, ya que Hyunjin estaría con él y aparte todavía faltaba una semana más para regresar a clases.

Cuando llegaron, un olor delicioso inundaba todo el lugar, pudo distinguir que eran las famosas tartas de manzana que su hermana hacía.

— ¡Qué les pasa! No entren así— dijo Mina asomándose por la puerta de la cocina.
La bonita chica corrió a abrazar a su hermano, aunque el pálido tampoco se salvó de ser abrazado por la rubia.

Mina los invitó a la cocina, donde el olor era más fuerte y claro que ninguno se quejaba. Fueron usados como ayudantes por más de dos horas.

Terminaron llenos de harina, ya que los menores habían iniciado una guerra, sin embargo, Mina tuvo que terminar diciéndoles que se fueran a bañar.

Felix le pidió a Hyunjin que se bañara primero, aquel pecoso necesitaba hablar con su hermana. Así que bajó con nerviosismo hasta donde se encontraba la joven.

— Minnie— llamó para que su hermana lo vea.

— Dime, Lixie, ¿pasó algo?— le sonrió— ¿Y JinJin?— le preguntó.

— Jin está bañándose y ya tendré tiempo para contarte— rió— pero yo venia a decirte que aceptare ir al psicólogo que me recomendaste— le tomó la mano.

Mina parecería querer saltar de la emoción, sus ojos resplandecían y empezó a brincar agarrando las manos de su hermano.

Llevaba años pidiéndole a Felix que asistiera con un psicólogo que le habían recomendado y trabajaba en la clínica junto a ella.

Lee se fue feliz saliendo de la cocina con una sonrisa acuciante y cuando llegó a su cuarto pudo ver a Hyunjin recostado en su cama con los ojos cerrados.

𝐶𝑟𝑦 ⇨ 𝐻𝑦𝑢𝑛𝐿𝑖𝑥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora