🔸Prólogo

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Durante mi adolescencia he sido ignoradas por mis compañeros de clases. Nunca encajaba, algunos me hablaban al momento de organizar equipos para los trabajos y actividades estudios, sin embargo, he hecho amistades. Pues me propuse ser muy tolerante, generosa, humilde —de corazón ❤️ y de sentimientos—, honesta, directa, esté último muy directa no dejarme y no callarme ante nada que para muchos no caía bien que digamos.  Bueno, así transcurrió mi vida, tenía buenas amistades y conocidos que le he hecho muchos favores incondicionales.

Me gradué de la universidad de periodismo mención Relación Pública, pues quería relacionarme con las personas y tal vez hacerme notar pero no! Solo mejoró un poquito... La razón de que las personas me ignoraban o me consideraba un cero a la izquierda era tal vez por mi origen humilde o mi personalidad ya que era introvertida, callada y tranquila, sin embargo, quién me conocían y ganaba mi amistad era todo lo contrario.

Soy Rosseth Clark, tengo 32 años, morena, cabello largo casi a la cintura, ojos negros, delgada —ojo🧐 no tengo cuerpo de infarto 😔— y facciones finas. Tengo 8 años de graduada y trabajo en unas de las empresas más reconocidas del país con sucursales internacionales, el ramo de la empresa de inversiones de negocios y de emprendimientos.

Por ser relacionista soy instructora de formación en oratoria, pues me especialice en esa área.

La cuestión está que conocí al futuro sucesor de mi jefe, el futuro de CEO de BoxUp C.A, en un estudio de especialización de la empresa, el se llama Derek Sáenz, un dios griego, mujeriego, frío, implacable en el trato sobre todo con las mujeres que no cumple con su estándares, pues el condenado la prefiere rubias, pelirojas y pelinegras con pieles de blancanieves. Y las negritas como yo "X".

El asunto es que yo a él le provoque un mal que para todo hombre es un castigo divino. Pues lo deje impotente sexualmente 🍆 . Se lo que piensan🤔!. El susodicho tenía una serie de fetiches conmigo que no le permitía estar con las mujeres de su gusto y estándares. Eso ocurrió sin insinuarme, sin tratarlo, ni mucho menos tocarle. Y de allí vino el trato... De resucitar a su "amiguito" a cambio de mi ascenso en mi trabajo...

Hagamos un TratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora