Stay

Dan

La chica se había sorprendido de que supiera su nombre.
Admitiré que solo fue suerte.
Recordaba que Tan me hablara de ella, pero no estaba seguro si en realidad se llamaba así.
Así que decidí llamarla Kim, y si me reclamaba, entonces tendría un motivo para preguntarle su nombre sin parecer un imbecil.
Ella no dijo nada, lo cual confirmo mis sospechas.
Y era linda.
Era linda como el infierno.
Y después de verla en ese vestido... Creo que estaba enamorado de sus piernas.
Okay, se lo que están pensando.
Que soy un cerdo pervertido.
No lo soy. En serio.
Al entrar a casa, Tanya sigue durmiendo en el sillón, así que la levanto en brazos y la llevo a su habitación. La recuesto en su cama y la arropo, como en los viejos tiempos.
-Deberías madurar un poco, Bunny.-Susurro antes de salir de la habitación, llamándola por el apodo que papá le puso cuando era pequeña.
A pesar de que estaba enfadado con ella por organizar fiesta clandestinas con alcohol y mujeres en bikini, entiendo perfectamente como se siente.
Siempre esta sola, con nuestros padres viajando siempre y yo en la universidad, no tiene algo así como una figura paterna responsable.
Ella fue una de las razones por las que regrese.
Después de pasar 6 meses en la India trabajando a la que mas extrañaba era a mi hermana. Y se que ella se sentía sola. Aunque cuando la llamara todos los días me dijera que estaba bien.
Por eso regrese.
Entro a mi habitación, me quito la sudadera que la chica me obligó a ponerme y la lanzo a un lado de mi cama.
Estoy hecho polvo por el viaje, así que me quedo dormido en menos de dos minutos.

***
Cuando despierto es tarde. Lo se por la luz que entra por mi ventana. Veo la hora en mi celular.
4:30 pm.
Genial. Perdí toda la mañana y casi la tarde. Pero necesitaba dormir tan mal, que no me arrepiento.
Me levanto y me dirijo a la sala.
Tanya esta viendo uno de esos programas basura, con vampiros cursis y chicas idiotas.
Y ella está aquí.
Obviamente.
-Buenos días, solecito- Dice mi hermana en tono burlón.
Oh Tan, si yo fuera tu no me molestaría en este momento, no he comido en casi 24 horas. No estoy de buen humor.
No respondo.
-Creo el pequeño gruñón esta molesto.-Vuelve a decir mi hermana mientras entro a la cocina.
Le lanzó una mirada asesina.
-¿En serio no tienen nada mejor que hacer? -Les pregunto mientras sirvo cereal en un tazón.
-¿Mejor que ver chicos sexys en la tele? Nop. -Responde la chica.
-Y valla que son seeeeexys.
-¡Lo se!
-Creí que tenían un examen para el cual deben estudiar.-Digo mientras me siento a lado de mi hermana en el sillón y comienzo a comer mis cereales.
-Pero es sábado. -Dice mi hermana.
-Hay algo llamado "Uso productivo del tiempo". Deberías intentarlo alguna vez. -Contraataco.
Ninguna de las dos responde. Tomen eso.
Mi teléfono celular suena en ese momento. Miro al rededor y recuerdo que lo deje en la chamarra que me quite anoche.
Veo el numero y se que esto no terminara bien.
-¿Quien te llama? -Pregunta mi hermana.
-Joel.- Le digo mientras deslizó el símbolo en la pantalla y contesto.- ¿Hola?
-Daniel, Daniel, me sorprende tu capacidad de olvidarte de tus mejores amigos.
-Lo siento, Joel, acabo de despertar y no se me ocurrió que tu necesidad por mi fuera tan extrema-Bromeo.
-Ja, ja. ¿Sabes que? Voy a ignorar eso. Solo porque se que no olvidaste que día es hoy y vienes de camino al bar con el mejor jodido regalo de cumpleaños que nadie me podría dar.
Me golpeo la frente con la mano.
Es el cumpleaños de Joel.
Mi mejor amigo.
Es el cumpleaños de mi mejor amigo y lo olvide por completo. Alguien debería golpearme ahora.
-Joel, Dios, lo siento, sabes que lo compensare ¿verdad?
-Sabia que lo habías olvidado, pero no te preocupes, siempre y cuando arrastres tu trasero aquí, no me molestaré.
-Nos vemos en media hora.
-Sabia que no me fallarías- Dice mi amigo.
"Soy el peor mejor amigo del mundo" pienso mientras cuelgo.