La noche es fría y lluviosa, perfecta para quedarse en casa y beber una taza de café, eso es lo que Matthew desearía hacer. Sin embargo, ahora está sentado en una mesa de interrogaciones en medio de una habitación gris siendo acusado de un crimen que él no cometió. Matthew nunca fue una persona conflictiva, de hecho era la clase de persona que buscaba complacer a todo aquel que se le cruzara, al crecer sin padres creyó que sería una manera de evitar que volvieran a abandonarlo.
El chico se mantenía en silencio, sintiendo el ardor de las marcas de las esposas alrededor de sus muñecas, esperando a que algún detective apareciera y hablara con él de una vez por todas. Sus peticiones no tardaron en ser escuchadas, apareció cruzando la puerta el detective que lo había arrestado y llevado a ese lugar portando en sus manos lo que parecía ser la carpeta de investigación del su caso.
—Matthew Allen...25 años, huérfano de nacimiento y actualmente soltero... Está acusado del asesinato de todos los integrantes del grupo Magno y de su pareja Nakamura Akihiko— Comenzó a leer el expediente aquel hombre tomando asiento delante de él. Matthew sonrió con algo de burla al escuchar esas palabras.
—Las cámaras lograron captar cuando llegaste a ese motel junto con otro hombre... A la mañana siguiente lo asesinaste y te fuiste tratando de huir ¿no es cierto? Supongo que él fue quien te ayudo a acabar con todos, pero aun así no le tuviste piedad— Termino arrojando el expediente a la mesa mostrándole las fotografías tomadas por la cámara de seguridad.
—Es ridículo que busque el culpable del asesinato de unos yakuza ¿no cree? — respondió levantando la mirada.
—¿Entonces estás confesando? — replico el mayor ansioso.
—No es así...no malinterprete mis palabras detective, solo que me parece ridículo que busque a la persona que libró a la sociedad de unos delincuentes para encarcelarlo— El detective bufo irritado y golpeo la mesa para asustar a Matthew lo cual no funciono.
—Sea ridículo o no, nadie pasa por encima de la ley, un asesinato es un asesinato sin importar que aquellas personas lo merecieran— dijo poniéndose de pie acercándose a él.
—Entonces no merecían morir a pesar de que esos hombres han matado, secuestrado y torturado a tantas personas...no lo merecen a pesar de que me tuvieron secuestrado casi dos meses abusándome constantemente... Dígame en mi cara que no merecían lo que les sucedió— reprocho Matthew conteniendo la ira.
—Suenas a alguien que tenía muchos motivos para hacerlo... Eso te hace mucho más sospechoso ¿no crees? — Matthew sonrió soltando un suspiro.
—Aunque lo hubiera deseado yo no lo hice— dijo volviendo a agachar la mirada.
—Si no fuiste tú... ¿Entonces quien lo hizo? —Matthew no dijo nada al respecto, se mantuvo callado un momento.
—Si se lo dijera no lo creería detective— respondió sin dirigirle la mirada.
El detective se frotó la cara, frustrado, todas las pruebas señalaban a Matthew como culpable, pero lo único que necesitaba era una confesión de su propia boca y hacer su trabajo mucho más fácil porque había cosas que no lograban coincidir. Eso era lo único que necesitaba para encerrarlo definitivamente y no lo estaba consiguiendo.
—Te daré más tiempo para que reflexiones y por fin confieses lo que hiciste... Todo apunta hacia ti muchacho así que haz mi trabajo más fácil por favor— le dio la espalda saliendo de la habitación.
Nuevamente Matthew se encontraba a solas, guardando silencio hasta que sintió un escalofrío en la espalda, sonrió con burla y se enderezó.
—¿Podrías dejarme en paz de una vez? Es tu culpa que ahora esté aquí y probablemente me pudra en la cárcel— dijo molesto al aire.
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Poison
Short StoryMatthew consigue una oportunidad de estudiar en Japón. Akihiko se enamora de él a primera vista. Ambos se convierten en el apoyo del otro, un apoyo que no desaparecerá sin importar lo que pase. No se permiten adaptaciones.