—¿Qué está pasando? — pregunto Matthew después de recuperarse del shock.
—Matthew querido... Lo que ocurre es que ya me cansé de ser tan misericordioso y terminen viéndome la cara— dijo tranquilamente mientras se servía un whisky.
—No entiendo de que está hablando— respondió sin comprender, el jefe tomo el vaso y lo arrojo contra la pared asustando a Matthew. Se acercó y lo abofeteo arrojándolo al suelo.
—Hablo de que les di una oportunidad a ti y tu novio de pagar su deuda ¿y como lo pagan? Robándome dinero— le grito sujetándolo del cabello.
—Le juro que no sé dé que dinero hablo... No robamos nada— dijo asustado.
—Quiero creerte... Pero todas las pruebas lo implican y quien me traiciona tiene el mismo destino que Akihiko— Matthew trago saliva asustado, ya que recordó que Akihiko le había dicho que tenía dinero para que pudieran irse.
—¿Dónde está el dinero? — pregunto amenazante apretando más fuerte el agarre.
—Juro que no lo sé... Si Akihiko lo robo nunca me lo dijo— hablo con miedo.
—Déjame ponerlo de esta manera... Si no me entregas el maldito dinero, tendrás que pagarlo— le grito furioso.
—Lo juro... Juro que no lo tengo... Por favor— suplico casi llorando.
—Llévenselo— ordeno soltándolo.
Lo arrastraron hasta una habitación oscura donde lo encadenaron de los pies y lo encerraron. Mantuvieron a Matthew encerrado en aquel lugar durante casi dos meses, simplemente lo tenían en aquel lugar y lo utilizaban cuando les era útil. Las condiciones en las que estaba eran pésimas, pero las soporto porque muy en el fondo sentía que si lo hacía podría salir de ahí. Aunque cualquiera pudiera pensar que era demasiado optimista por pensar de esa manera, lo cierto es que no estaban alejados de la realidad. Ya que Matthew dejo de poner resistencia, la vigilancia disminuyo mucho más hasta el punto en que se encargó de ello un chico recién ingresado al grupo.
Masaru entro al grupo por necesidad, al igual que Akihiko y eso no pasó desapercibido por Matthew quien por fin sentía que aquel infierno por el que estaba pasando comenzaba a tener sus buenos tiempos. Podía hablar con Masaru al menos a través de la puerta y aunque no compartían tantas cosas relevantes sobre sus vidas, sabían lo suficiente de como para mantener una conversación.
—Y eso fue lo que comí hoy... ¿Qué tal tú? — pregunto el chico recargado en la puerta.
—Me quedé sin comer, ya que mordí a un cliente... Me golpearon y apretaron más los grilletes de mis pies— respondió Matthew sin muchas ganas.
—¿Por qué lo mordiste? — volvió a preguntar Masaru.
—Me llamó Mattie... No me gusta que nadie me llame así más que...— Matthew se quedó callado recordando a Akihiko.
—Así te llamaba alguien especial ¿cierto? Puedo deducirlo por el tono en que hablas— interrumpió.
—No quiero hablar sobre eso... Está muerto y por su culpa estoy aquí así que no vale la pena— respondió con tristeza.
—Si hubiera algo en mis manos para ayudarte... Lo que fuera... Lo haría sin pensarlo— dijo Masaru con decisión.
Matthew suspiro y estuvo a punto de hablar cuando escucho un golpe contra la puerta y luego alguien discutiendo con Masaru.
—Te dije que dejaras de hablar con él— le grito el hombre seguido de otro golpe.
—No es su culpa... Fui yo quien empezó— grito Matthew tratando de defenderlo, pero no sirvió de nada. Solo había silencio del otro lado puerta y no sabía que es lo que había ocurrido.
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Poison
Short StoryMatthew consigue una oportunidad de estudiar en Japón. Akihiko se enamora de él a primera vista. Ambos se convierten en el apoyo del otro, un apoyo que no desaparecerá sin importar lo que pase. No se permiten adaptaciones.