Kitty ; JiunTak

O2

—¿Se lo dirás al fin, Intak-sshi?—preguntó una vocecita a través del celular del nombrado.

—Si Theo; planeo decírselo hoy mismo durante la cena—respondió, mientras miraba por la ventana del balcón como la lluvia cesaba.

Habían pasado 5 meses desde que Jiung se le había aparecido esa madrugada en el departamento para recoger a su gatito, y desde entonces empezaron a hablar muchísimo más a menudo y a juntarse entre ellos algunos días libres para ver películas o simplemente sentir la compañía ajena.

—¿Cena? ¿Lo invitaste a comer?—preguntó de nuevo.

—Ajá, ¿Hay algo malo en eso?—contestó.

—No no, descuida. Es simplemente que me parece raro que hayas tomado la iniciativa en algo por una vez en tu vida jaja—comentó, riendo.

—Jaja que chistoso que sos, no sabes la risa que me causa lo que acabas de decir—respondió de manera sarcástica, rodando sus ojos.

—ay vamos tak-sshi, sabes que no hablo en serio así que no te enojes porfa, que sino me quedo sin amigo—habló, aún riendo—ahm, bueno te dejo que te prepares para tu "cita", ¡adiós, fighting!—exclamó.

—¡Adiós Tae!—luego de eso, escuchó como se cortó la llamada así que alejó su celular de su oído.

Bajó el celular y soltó un largo suspiro, tirando su cabeza hacia atrás mientras cerraba sus ojos.

Se estiró un poco y se levantó de su sillón, dirigiéndose hasta su habitación para comenzar a prepararse para cuando su mayor lo visitase.

Ah, hoy era el gran día

[ . . . ]

Faltaban 15 minutos para las 9, horario en el que el y Jiung habían acordado para que este fuera a su casa a cenar e Intak se encontraba en frente del espejo del baño tosiendo porque accidentalmente se tiró tres litros de perfume sobre el.

—Hwang Intak por favor no te mueras justo hoy—se dijo en voz alta mientras su tos cesaba y empujaba un poco el perfume en el aire con su mano.

Luego de que se haya esfumado un poco el pequeño problema, escuchó su timbre sonar; su (quizás) futuro novio ya había llegado.

Se miró una última vez en el espejo acomodándose un pelo desprolijo de su flequillo y se dirigió hasta la puerta, con los nervios de punta. Estos se esfumaron al ver la linda y sonriente carita de Jiung, el cual venía acompañado por alguien.

—Intak-sshi, hola—lo saludó con su mano, para luego acercarse a dejarle un pequeño besito en la mejilla.

—Hola Jiung, y hola a ti también pequeño ruru—correspondió el saludo, acariciando suavemente la pequeña cabecita del animal el cual se encontraba colgadito del hombro de su dueño.