LG7/Martuli

CAPÍTULO 18

POV de Martina

La habitación todavía estaba relativamente oscura debido a las cortinas cerradas. Apenas podía ver pero era suficiente para admirar a la ojiverde a mi lado. Lourdes dormía pacíficamente, su respiración constante, los rasgos faciales relajados y todo en ella se veía absolutamente impecable. Parecía más joven, mucho más joven de lo habitual. Se sentía como estar de vuelta en los equipos Sub-17 con ella porque realmente parecía tener dieciséis años en ese momento.

Había estado despierta durante más de media hora, solo mirando a la más joven y repitiendo lo que había sucedido el día anterior. Una parte de mí todavía no podía creer que había volado a París para verla. Parecía una idea loca, considerando que no éramos una pareja real. Recordando mi sorpresa inicial cuando Lourdes me propuso ser casual al respecto, no pude resistir esa oferta. No se podía negar que teníamos cierta atracción la una por la otra. Pero yo tenía más que claro, que no me interesaba tener una relación con nadie en este momento.

El dolor de lo que había sucedido la última vez que había estado en París todavía estaba muy presente. La perdoné, pero nunca olvidaría ese desamor. No revivirlo de nuevo era mi prioridad. Hice lo mejor que pude para tener cuidado con mis acciones o palabras, pero a veces cometía un desliz. Era tan fácil sentirse cómoda y afectuosa con ella, de una manera que probablemente no estaba dentro del ámbito de un acuerdo normal de amigas con beneficios. Sin embargo, nada sobre nosotras era normal.

Mientras Lourdes estuviera bien con la forma en que estaban las cosas, no quería preocuparme demasiado. Podríamos disfrutar nuestro tiempo juntas, pero no dejar que los compromisos o los problemas de confianza se interpongan en el camino. Sonaba casi demasiado bueno para ser verdad. Pero no la había presionado para nada, y le había preguntado repetidamente si estaba de acuerdo con eso. En este punto, también era su responsabilidad, y tenía que confiar en su juicio de que las cosas no saldrían mal.

Hasta ahora todo salió bien; excepto por lq más joven de nosotras llorando anoche. Todavía no estaba segura de por qué había estado tan emocional. Me asustó pensar que ella no estaba lista para esto después de todo. Sin embargo, ser considerada y cuidadosa era todo lo que podía hacer. Por supuesto, yo no era completamente desinteresada. No era como si solo lo estuviera haciendo por ella. Mis propios sentimientos por ella no se habían ido. Y acepté que posiblemente nunca desaparecerían por completo. Actuar sobre ellos fue tan satisfactorio para mí como lo fue para ella, especialmente sin ataduras.

La noche anterior había sido absolutamente increíble. Después de nuestro primer encuentro sexual en Nueva York, estaba convencida de que nada sería mejor, pero me había equivocada. ¡Tan equivocada! El recuerdo fresco de sentir a Lourdes temblar, escucharla gemir, verla desmoronarse en la lujuria era casi demasiado para manejar. Nuestra química no estaba solo en el campo.

No pude evitar acariciar muy suavemente su hombro expuesto. La piel era cálida y sedosa. Sonriendo suavemente, vi todas las marcas de mordeduras en todo su cuello. A ella le costaría mucho taparlos pero yo no había sido capaz de controlarme anoche. Una parte de mí quería inclinarse y besar la piel magullada, pero me quedé quieta, solo rozando suavemente la clavícula con las yemas de mis dedos.

Pasaron otros minutos antes de que finalmente decidiera levantarme de la cama. No era tan temprano de todos modos. Tomé algo de ropa nueva de mi bolso y me dirigí a la ducha. El agua tibia se sentía celestial y definitivamente estaba despierta ahora. Comencé a vestirme y a ponerme un poco de maquillaje sutil cuando escuché que la puerta se abría detrás de mí. Mirándome fijamente en el gran espejo del baño, vi el reflejo de Lourdes de pie en la entrada. Solo estaba cubierta por las sábanas blancas de la cama que parecían llevar una toga.