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Pasos apresurados se escuchaban por el Garnet, los sirvientes no hacían nada respecto a eso, porque todos ya sabían quién era, algunos seguían con sus actividades, otros se asomaban por el pasillo, viendo pasar rápidamente una cabellera rubia

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Pasos apresurados se escuchaban por el Garnet, los sirvientes no hacían nada respecto a eso, porque todos ya sabían quién era, algunos seguían con sus actividades, otros se asomaban por el pasillo, viendo pasar rápidamente una cabellera rubia.

La única princesa del imperio Obeliano se encontraba frente a la oficina del temido emperador, su padre. Suspiró para luego tocar levemente la puerta.

—Adelante

—Gloria y bendiciones a su majestad el emperador—Arianne hizo una hermosa reverencia.

—Puedes levantar la cabeza, Arianne.

—¡Buenos días padre!—Saludó alegremente la menor, haciendo que el emperador sonria levemente.

El ver a la princesa caminar apresuradamente hacia la oficina del emperador y dar los saludos de los buenos días, era una rutina tanto como para el personal del palacio, como para la princesa y el emperador.

Luego ambos irían a desayunar juntos, con la emperatriz y sus hermanos, Claude estaba presente porque Arianne se lo pidió a su padre y él no puede negarle algo que su amada princesa quiera.

Arianne adoraba ver la furiosa cara de la emperatriz, su cara siempre se desconfiguraba cada vez que la veía y ver como finge estar feliz cada vez que el emperador le habla, le daban ganas de reirse sin parar.

—Ari...—Claude le susurró levemente al ver que su hermana iba a hacer una de las suyas. Estaba por decirle que no provoque más a la emperatriz, pero al ver la sincera sonrisa de su hermana, lo calmó un poco. Él más que nadie, conocía lo que podía suceder si alguien hacía enojar a la emperatriz.

—"¡Claude es muy tierno!"— pensó Arianne al ver la cara de cachorrito de su hermano, se contendría de hacer algo, solamente por su adorable hermano mayor. Realmente quería levantarse e ir a abrazar a su hermano, pero tendría que resistirse ante tal tentación, no sabe cómo reaccionaría su padre, Anastacius estaría celoso y la emperatriz le diría "infantil".

—¡Padre!— llamó Arianne

—¿Si?

—¿Podría hacerle una petición?— Preguntó "avergonzada"

—Por supuesto que sí.

—¿Podría realizar una fiesta de té? Hace mucho que no hago una y extraño hablar con mis amigas.

—Te concedo el permiso para hacer una, puedes utilizar el lugar y fecha que gustes para realizarla.

—¡Muchas gracias padre!— Sonrió alegremente, viendo como la emperatriz hacía una mueca.

Luego del desayuno y de las dos primeras clases de los príncipes, ambos estaban esperando a su hermana menor, quién estaba en su clase de baile

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Luego del desayuno y de las dos primeras clases de los príncipes, ambos estaban esperando a su hermana menor, quién estaba en su clase de baile. Tenían planeado dar un paseo por los jardines del palacio y pasar tiempo con su adorable hermana.

—¡Hermano Anastacius, hermano Claude!— Escucharon una voz a lo lejos, al darse la vuelta, vieron que era su hermana, ella venía caminando apresuradamente hacia ellos.

—¡Ari!— Anastacius abrió sus brazos, esperando un abrazo, la menor no se hizo de rogar y lo abrazó.

—Los extrañé— comentó

—¿Mucho?—el mayor de los tres le siguió el juego.

—¡Muchísimo!— respondió apretando levemente el abrazo. Arianne al ver que Claude solamente los miraba y no decía nada, ella le extendió su brazo, Claude al captar la indirecta, se acercó y abrazó a sus hermanos.

Era una vista encantadora, tres hermanos felices y juntos, algo que era extraño en la familia real, ya que la competencia por el trono quebraba cualquier afecto entre los príncipes y princesas, pero ellos eran la excepción.

Arianne sonrió cálidamente, se sentía cómoda y protegida, haría lo que sea para proteger a sus hermanos y sabe que ellos harían lo mismo por ella e incluso más, no dejaría que nada ni nadie los separe. Por más que quisieran separarlos su lazo de hermanos era inquebrantable, eran ellos contra el mundo.

—¿Vamos?— preguntó Claude

—¿A dónde?

—Te estábamos esperando para dar un paseo por el jardín— Respondió Anastacius

—¡Vamos!

Los tres caminaban lentamente por el Esmeralda, hasta el jardín, disfrutaban de la compañía de los otros, cada vez los momentos que pasaban juntos eran más escasos por las clases y eso los frustraba.

Los tres caminaban lentamente por el Esmeralda, hasta el jardín, disfrutaban de la compañía de los otros, cada vez los momentos que pasaban juntos eran más escasos por las clases y eso los frustraba

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—Hermanos— Habló decaída Arianne

—¿Que sucede Ari?— preguntaron preocupados por ver a su hermana deprimida.

—¿Me prometen que nunca nos separaremos por el trono?— La menor levantó la vista, los otros dos se asustaron al ver como las lágrimas amenazaban con salir de los ojos de su hermanita.

—No nos separaremos Ari, estaremos juntos por siempre— Respondió Anastacius mientras una pequeña sonrisa adornaba su cara.

—¿Me lo prometen?

—Lo prometemos— Habló seriamente Claude.

Arianne sabía que la palabra de Claude era absoluta, él era más de usar las palabras que darle afecto corporal, mientras que Anastacius era de dar muchos abrazos y siempre venían acompañados de algunas palabras de cariño. Ambos eran diferentes a su manera, pero eso no le molestaba en lo absoluto.

 Ambos eran diferentes a su manera, pero eso no le molestaba en lo absoluto

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𝐈𝐦𝐩𝐞𝐫𝐢𝐚𝐥 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora