Capítulo 3

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En el camino me estaba quedando dormida, hasta que Hunter decide empezar una conversación y somnolienta intento seguirlo.

–Y bien pequeña, ¿a dónde quieres ir?

–Yo solo quiero dormir cariño–exclamo mientras me pongo más cómoda en el asiento

Hunter suelta una carcajada y me toma la mano: –Yo sé que quieres descansar, ¿pero te llevo a mi departamento? –Abro un ojo y lo observo de lado, seguro es una broma, por lo que vuelvo a acomodarme–Oh ok, eso lo tomaré como un sí–dice sin más.

–¿No era una broma? –intentó no sonar sorprendida

–¿No entiendo por qué lo sería? –se encoge de hombros

Me acomodo mejor en el asiento enderezándome y lo miro–Bueno, es que son muy pocas las veces que me has llevado

¿Si quieres ir?, lo que menos quiero es que estés incómoda

–Oh no no no, si quiero ir–termino de hablar un poco rápido y me sonrojo, nada más escucho la risita de Hunter

–¿Has comido algo?, te puedo llevar por algo rápido

–Cariño, es la una de la mañana, no creo que encontremos algo

–Por dios, soy Hunter Anderson–menciona en un tono altivo–lo conseguiré, ¿entonces eso es un sí?

–Nop, gracias este Leo me llevó un sándwich y un café, así estoy bien–le sonrío

–Ohhh ya, ¿cómo que este Lucas andaba de generoso no?

Río –Se llama Leonardo, nada que ver con Lucas y lo sabes perfectamente

Rueda los ojos con diversión–Entonces vamos directo al departamento–yo solo asiento y vuelvo a acomodarme en mi lugar

***

Cuando llegamos al departamento venía ya toda dormida, y lo último que quería hacer en esos momentos era pararme del asiento, Hunter intentó sacarme de todas las formas posibles del coche hasta que se le ocurrió llevarme como un costal de papas, me sacudía horrible y mientras yo me quejaba al parecer lo único que él sabía hacer era reírse, bueno ya ni sueño tenía. Subió al elevador y en ningún momento me quiso bajar, hasta que llegamos al departamento, caminando por el pasillo hasta llegar a su habitación y tirarme sobre la cama.

–Bien–suspira a la vez que pone las manos en su cadera de una forma bastante graciosa, pero evito los comentarios al respecto–es obvio que no trajiste ropa cariño, entonces puedes tomar algo de mi armario, mientras yo sí me prepararé algo de comer, estoy hambriento.

Asiento, él sale del cuarto y yo me cambio mientras escucho movimientos en la cocina, decido salir. Ya había estado en su apartamento anteriormente, pero si no mal recuerdo, me había mencionado que le cambiaría unas cosas, entre ellas se encuentran los cuadros del pasillo junto con unas fotos de su familia, las paredes son de un gris claro, el amueblado es minimalista, color negro y blanco, lo que hace lucir elegante al departamento, y si es grande, estos colores lo hacen lucir mucho más, me gusta. Cuando llego a la cocina lo veo dejar un plato con un sándwich en la encimera de granito gris junto a un vaso de lo que parece ¿jugo?, me acerco hacia a él, y lo abrazo por la espalda. Deja lo que esta haciendo y se voltea para verme mejor.

–¿Segura que no quieres algo? –dice con una ceja arriba

–¿Me regalas un vaso de agua? –subo mi cara para verlo

–Claro, toma lo que necesites, es tu casa también

Un poco apenada voy por las cosas y me siento frente a él en los banquillos

Para el chico que siempre amé [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora